domingo, julio 28, 2024
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En el fondo se parecen

Últimas declaraciones del expresidente Evo Morales parecen ratificar el poder que todavía tiene. Uno de los espacios en los que su palabra decide es el de la Justicia. Cuando se pronuncia a favor de alguien o de algo, los jueces ejecutan sin pérdida de tiempo, de modo muy semejante a cuando era el primer mandatario.
Un caso que ha concitado la atención de la opinión pública y que la conmovió es el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), disponiendo una indemnización en metálico a favor del exmandatario. El motivo que expone esa instancia es que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no permitió la candidatura a senador por Cochabamba del señor Evo Morales, en la elección de 2020. El Órgano Electoral basó su resolución en que el señor Morales no vivió en el país con anterioridad al acto electoral y que su residencia se encontraba en Buenos Aires. Ese hecho invalidaba la candidatura e incumplía la Constitución y la Ley de Régimen Electoral.
Por su parte, el TCP argumentó que la ausencia del expresidente fue forzada y que no correspondía invalidarlo. Se replica que Morales renunció a la presidencia y acto seguido viajó voluntariamente al exterior por vía aérea, lo cual significa abandono de funciones penada por ley. Evo Morales adelantó en las redes, y personalmente, que no pretendía cobrar la indemnización –la que seguramente cuantificaría una alta erogación para el Estado–. Dijo que su objetivo es sancionar al TSE de entonces, en especial a algunos de sus miembros, para que no vuelva a repetirse esa injusticia. O sea, un ajuste de cuentas. Se ve que el TCP se somete de nuevo al expresidente, además de prevenir su continuidad de magistrados si Morales retorna al poder, o recibir un premio en otras funciones públicas.
Parecida posición autoritaria asume ahora el vicepresidente David Choquehuanca, conciliador según algunas opiniones. Voces precipitadas lo llaman también pacificador. Hace algunos días salió en defensa de la “wawa nacida de los aimaras”, Santiago Mamani. Este fue autor del delito de daño al ornato público en el monumento a Cristóbal Colón, situado en la concurrida arteria paceña El Prado. En este hecho Mamani quebró a golpes la nariz de la réplica del personaje y embadurnó su rostro con pintura negra. Lo acompañaba un grupo que, se dice, es de empleados del Estado y de filiación masista.
El alcalde Iván Arias le inició a Mamani una acción judicial, la que seguramente será rechazada o entre papelada para que no avance, acatando a Choquehuanca. Es que el indianista sentenció: “nadie tocará a nuestra wawa”. Si ello ocurriera los “aimaras se levantarán”, dijo. Opinan que es la manera por la que las autoridades avasallan la separación de Poderes y fomentan la dependencia judicial. El conciliador no parece ser tal. Voces precipitadas lo llaman asimismo pacificador y mesurado en sus discursos, pero otros aseguran que más bien se inclina por la confrontación y el racismo.

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