miércoles, enero 15, 2025
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EL LOOK DE LA PELÍCULA: RECREANDO AL BELFAST DE LOS AÑOS SESENTA

Para crear algo tan personal como la calle en la que creció, Branagh recurrió al diseñador de producción Jim Clay, con quien había trabajado en tres de sus proyectos anteriores: Death on the Nile, Artemis Fowl y Murder on the Orient Express.
“Caminamos juntos por las calles de Belfast”, relata Clay. “La calle que terminamos construyendo ya no existe, y aún así se advierte esa sensación real de la ciudad tal y como habría sido a finales de los sesenta. También descubrí lo pequeña que es esta ciudad.
“Hicimos algunas tomas en Belfast, pero debido a la pandemia, no fue posible tomar el control de una calle real y pedirle a la gente que se mudara de sus casas. Encontramos un espacio muy grande en el aeropuerto de Farnborough en Hampshire, Inglaterra, y allí construimos toda la calle. Parece una locura que hayamos construido nuestro set al final de la pista de aterrizaje de un pequeño aeropuerto internacional donde todavía llegan aviones, pero todo salió muy bien. Además, pudimos usar una escuela vacía cercana para las secuencias del hospital y la escuela”.
Branagh estaba encantado con la libertad que le daba este set. “Significaba que podíamos crear exactamente lo que yo quería y tener espacio para filmarlo desde todos los ángulos posibles. Y que yo podía filmar la calle exactamente como la veía Buddy a sus nueve años, incluyendo todas las cosas que le llamarían la atención”.
La película fue filmada en blanco y negro por el director de fotografía Haris Zambarloukos, un colaborador habitual de Branagh con quien había trabajado en sus siete películas anteriores incluyendo Death on the Nile, Murder on the Orient Express, Cinderella y Thor. “Crecí viendo películas en color y en blanco y negro”, observa Branagh, “pero después descubrí que también existe lo que se denomina el ‘blanco y negro de Hollywood’. Una especie de blanco y negro aterciopelado, sedoso y satinado en el que todo se ve más glamoroso. Ese tipo de sensación era la que quería utilizar, porque un niño de nueve años puede ver a sus padres extremadamente glamorosos, y eso permite que todo parezca extraordinario”.
Siguiendo la misma línea, Branagh quería que el público viera a los padres de Buddy a través de los ojos de este personaje. A la diseñadora de vestuario Charlotte Walker y a la diseñadora de peinados y maquillaje Wakana Yoshihara les pidió que no fueran demasiado puntillosas y precisas sobre el aspecto de esa época, y que se acercaran más a lo que hubiera sido posible en ella. “Recuerdo que Wakana me trajo un tablero de ideas e inspiración para el aspecto de Ma, que tenía únicamente fotos de Brigitte Bardot en los años 60”, puntualiza. “Para Jamie Dornan, la fotos eran de Marlon Brando. Me encantó la idea de que pudiéramos trasladar una versión de eso a una familia de clase trabajadora de Belfast, sin perder autenticidad; que pudiéramos dejar que la ropa y el pelo contaran historias de una manera invisible, pero lo suficientemente tangible como para que experimentáramos el placer de viajar en el tiempo, yendo de regreso a ese mundo”.
LA MÚSICA
La película fue originalmente concebida con una banda sonora conformada por canciones populares del hit parade de finales de los sesenta. Sin embargo, después de que Branagh y Van Morrison conversaron, las canciones del músico de Belfast gradualmente fueron tomando protagonismo y la banda sonora final está compuesta, casi en su totalidad, por la música de este artista: ocho canciones de su catálogo y un tema nuevo escrito para la película, aunada a una inquietante música instrumental.
Branagh estaba trabajando con uno de sus héroes de la infancia. “Cuando yo tenía la edad que tiene Buddy en la película”, recuerda, “Van Morrison ya era una leyenda de Belfast. La voz, esa combinación única de música folk, soul, country, jazz y rock con su toque personal, acababa de conquistar el mundo. Ya habíamos incluido a la gran Ruby Murray, cuya música aparece brevemente en la película, pero Van fue un pionero, y sus temas han alcanzado un estatus clásico y atemporal. Me encantó que se describiera a sí mismo como ‘un vago cualquiera’, alguien que escribe desde las calles, y eso encajaba perfectamente con las vidas de los personajes en la película Belfast, que se viven tanto en la propia calle. Su música habla de lugares de la ciudad como la avenida Cyprus y de personajes de Belfast como Madame George”.
Van Morrison comparte esta opinión. “Ha sido mágico en muchos sentidos”, expresa. “He disfrutado mucho formar parte del proceso de la película y la amistad con Ken ha sido un valor agregado. Cuando me habló del proyecto por primera vez, supe que era perfecto para mí; y cuando leí el guión, sentí una conexión muy personal con él. Al igual que Ken, siento un profundo cariño por Belfast y la película resuena con la calidez y el humor que provienen del hogar”.

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