sábado, septiembre 28, 2024
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Modelo de dirección y gestión educativa

En Revista Pedagógica de Caracas (ISSN 0798-9792), Gilberto José Graffe habla de “Gestión Educativa para la transformación de la escuela”, definiendo gerencia como: “El proceso a través del cual se orienta y conduce la labor docente y administrativa de la escuela y sus relaciones con el entorno (Manes, 1999), con miras a “conseguir objetivos institucionales mediante el trabajo de todos los miembros de la comunidad educativa” (Amarate, 2000: 11).
El Director/a da direccionalidad al sistema que representa, orienta y conduce la labor docente y administrativa de la escuela y sus relaciones con el entorno social, para lograr proyectos educativos concertados con los padres de familia, a fin de ofrecer un servicio de calidad (pedagógica). Las funciones básicas del directivo son el manejo de relaciones interpersonales en la comunidad educativa para impulsar el manejo de la información que le permite tener una visión de conjunto de la funcionalidad de la escuela, facilitando el diagnóstico, dirección, gestión, toma de decisiones y autoridad para asignar personas y recursos a las labores y proyectos prioritarios de la institución.
El perfil profesional de competencias del gerente educativo podría resumirse en la capacidad para proporcionar dirección a la gestión de la escuela en un ambiente y cultura de trabajo (colaborativo) en equipo orientado a la participación creativa e innovación colectiva; habilidad para obtener y procesar información relevante para planificar y solucionar problemas; capacidad de negociación y generación de compromisos; liderazgo centrado en el modelaje (ejemplo); disposición a aprender de otros; habilidad para formar y asesorar en los procesos docentes y administrativos, y capacidad de establecer vínculos de colaboración.
El rol del gerente educativo es: planificar-ejecutar-revisar-actuar. Su aplicación es el proceso de dirección de la institución, a través del cual planifica, organiza, dirige, controla y da seguimiento a la gestión escolar, optimizando la utilización de los recursos materiales, financieros, tecnológicos y humanos disponibles o que están a su alcance, con el objeto de convertir a la escuela en un centro de excelencia e innovación pedagógica.
El sistema gerencial para lograr su excelencia académica implica: crear el deseo de la mejora de las prácticas pedagógicas y gestión del capital humano de la escuela; generar creencia de que se puede hacer, a través de la promoción y liderazgo de proyectos sencillos; proporcionar los medios conceptuales pedagógicos, materiales y tecnológicos para hacerlo; y deseo de uso de la infraestructura de conocimientos y herramientas tecnológicas novedosas.
El modelo de dirección y gestión educativa para convertirse en un centro de excelencia requiere: Alimentarse de insumos, tales como alumnos con competencias y conocimientos previos; docentes eficientes en la enseñanza; plan de estudio y el ambiente institucional determinado por una cultura y clima organizacional de colaboración. Produciendo como resultado: alumnos que logran aprendizajes significativos y pertinentes, una organización eficaz, eficiente y contextualizada, producto de la innovación, ensayo y adecuación de sus prácticas pedagógicas innovadoras. Transformación de los insumos en resultados con generación de compromisos, diseño de proyectos a construir, liderazgo y participación en la transformación, evaluación continua de los procesos de aprendizaje colectivo.
El proceso de dirección y gestión educativa de una escuela exige del directivo la capacidad para formar equipos de trabajo colaborativo, manejo eficiente de los procesos de delegación, toma de decisiones en grupo y manejo de conflictos, a través del enfoque de solución de problemas y clima laboral sociable, que favorezca a la resolución de conflictos de dirección y gestión educativa.

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