La historia de The Strongest es vasta, amena y trágica, resumida y condensada en una sola palabra: extraordinaria. A pesar de ser un club que hasta el momento no ha ganado una Copa Libertadores, se debe reconocer que es un grande de América, no solo por sus innumerables aportes al fútbol boliviano y sudamericano; sobre todo, por su perseverancia ante cualquier adversidad, defendiendo a nuestra amada Bolivia en una confrontación bélica e incluso resurgiendo de las cenizas, luego de un funesto accidente de aviación en la localidad de Viloco.
Desde su fundación (8 de abril de 1908) nunca conoció el descenso, mantuvo su vigencia y protagonismo en la División Profesional de Fútbol, representándonos dignamente año tras año en la Copa Libertadores. A pesar de la crítica situación por la que atraviesa nuestro fútbol, se ve reflejada la ideología de la institución; resurge “la garra”, a plan de coraje y rebeldía, el coloso de Achumani se impone ante el rival y la situación. No siempre se gana, pero siempre se lucha.
¿Cómo nace y se mantiene a través de los años tal identidad? Un grupo de jóvenes paceños, liderados por José López Villamil, fundan el club con un ferviente deseo de crear una Institución sólida, bajo el nombre de Strong Foot Ball Club. Llegado el día de fundación y firma del acta deciden por cambiar el nombre, añadiendo el artículo inglés “The” y el sufijo superlativo “est”, quedando el nombre definitivo de The Strongest Foot Ball Club, que traducido del inglés al castellano quiere decir “El más fuerte”.
Inspirados por el día, la noche y la maravillosa chayñita, se decidió por franjas horizontales amarillas y negras, colores muy novedosos para la época que hasta hoy nos representan dentro y fuera de la cancha. La estructura ya estaba cimentada, pero faltaba afianzar aquella identidad, es así que personajes ilustres y destacados protagonistas surgen dando el matiz definitivo al gualdinegro.
En 1932 estalla la guerra contra Paraguay, inmediatamente la Institución aurinegra se puso a disposición de las Fuerzas Armadas aportando 600 hombres, entre dirigentes, jugadores y socios. La heroicidad con la que defendieron nuestro territorio fue colosal. ¡Gloria eterna a nuestros héroes de Cañada Strongest!
Comienza la hegemonía del Tigre.
Desde José Rosendo Bullaín y la ferocidad de su grito (K›alatakaya Huarikasaya) que resonó con bravura en nuestro Chaco boliviano, se inmortalizó la razón de ser Tigre y vivir con dignidad. La destreza en los remates de cabeza de Serapio Vega, las acrobáticas atajadas de Vicente Arraya, Máximo Ramírez y su amor incondicional hacia el club; las inefables intenciones y grandiosas gestiones de don Rafael Mendoza Castellón, nuestro símbolo del renacer Rolando Vargas, Luis Bastida y sus estupendos goles al tradicional rival.
La histórica entereza de Luis Galarza, el coraje indomable de Ricardo Fontana, Ovidio Mesa y su talento innato; la excelente pegada de Sergio Luna, el gigante Sandro Coelho, caudillo por excelencia. La fidelidad del gran “Chupa “Riveros, el liderazgo de nuestro eterno capitán Pablo Daniel Escobar y el formidable Daniel Vaca de monumentales atajadas dignas de una leyenda; fueron y serán por siempre la esencia de un corazón atigrado que jamás dejará de latir.
El decano del balompié nacional llega a los 114 años de vida institucional, sin poder conseguir otro título a nivel nacional que sume a su extenso palmarés; saliendo tercero en el último campeonato disputado el año pasado, pero con una participación loable a nivel internacional. Con la ilusión intacta y como hincha acérrimo del club The Strongest espero todo lo mejor para este año y los venideros. ¡Prohibido desistir, mi Tigre querido! ¡Feliz aniversario, gloriosa Institución de oro y petróleo!
El autor es comunicador, poeta, artista.