Daré un salto histórico muy largo, desde el período 1938 a 1952, para resumir en pocas líneas el cambio que se dio bajo la conducción de ese mago político, el Dr. Víctor Paz Estenssoro. El primero fue con la nacionalización de las minas, o la eliminación de la denominada rosca minero feudal. Con la nacionalización de las minas en propiedad de los denominados Barones del Estaño, Simón Iturri Patiño, Mauricio Hochschild y Carlos Víctor Aramayo, que se firmó en octubre de 1952. Aquí se puso fin a la propiedad minera por parte de los barones a favor del Estado boliviano.
En cuanto al tema agrario, de manera parecida a lo acontecido con el sector minero, en enero de 1953 se da el gran levantamiento indígena bajo el título: “La revolución agraria democrática de los campesinos de 1953” y conforme lo señalan los autores de este capítulo, los indígenas tendrían definitivamente la categoría de campesinos, los cuales fueron apoyados por los jóvenes intelectuales del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), a la cabeza del Dr. Víctor Paz Estenssoro, bajo la idea fuerza de “La tierra es para quien la trabaja”.
Debemos recordar que la tierra hasta entonces era propiedad de los herederos de los españoles y los campesinos trabajaban virtualmente gratis, a favor de esos propietarios. Un recuerdo muy fuerte en mi memoria de mis años de estudiante en Oruro, era el de los campesinos que, fuera de trabajar por la comida en el campo, cuando llegaban a la ciudad los alojaban en los corredores de las viviendas, donde dormían sobre unos cueros de oveja.
Citando a Luis Antezana, 1978, mencionaba que desde 1947 la propuesta indígena tenía cada vez más contundencia y presionaron para que varios de sus postulados estén incorporados en la normativa de la Reforma Agraria y también se hicieron gestiones para que la comisión designada por el gobierno de Paz Estenssoro, bajo la dirección de Arturo Urquidi, incluya las demandas del movimiento indígena. Dicha señal, tanto política como administrativa, fue una llamada de atención para el régimen de hacienda, cuyos componentes estaban agrupados en la denominada “Sociedad Rural Boliviana”, que fue una institución que velaba por sus intereses y presionaba al gobierno de turno sobre sus demandas y posiciones con respecto al movimiento indígena.
Una sección importante de este trabajo se refiere a la comisión y la Ley de Reforma Agraria de 1953. El mismo destaca que “la reforma agraria buscaba resolver y solucionar dos problemas interrelacionados, primero la concentración de la propiedad de la tierra en pocos dueños (hacendados) y segundo, la baja productividad agrícola debido al no empleo de tecnologías y especulación con los precios de la tierra que impidió su uso productivo pleno desde 1825”.
Interesa destacar que los autores de este capítulo señalan que, a pesar del Decreto Ley sobre la Reforma Agraria con respecto al derecho Sin propietario, era más de lo mismo, porque: “los latifundios simplemente cambian de nombre y se reducen a un status de propiedad mediana, pero de igual significado”.
Sin embargo, debo destacar que, sin la Reforma Agraria, no se hubiera dado el desarrollo de dos realidades en este ámbito productivo. El primero, el desarrollo de una agricultura empresarial que ha contribuido en el oriente boliviano a una agricultura que provee una buena parte de los alimentos que consume el país, al mismo tiempo una agricultura de exportación con un amplio mercado internacional.
Al mismo tiempo, aunque sujetos a limitaciones de mercado sobre la tierra, en la parte andina se ha producido igualmente una agricultura de más iniciativa, incluyendo rubros como la quinua y otros cultivos para exportación.
Sin los cambios introducidos por la Reforma Agraria y otras medidas, hubiéramos seguido siendo un país muy atrasado en nuestro continente.
En los próximos resúmenes me referiré al tomo II. Hasta entonces.
Trabajo extraordinario (3)
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