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Textos escolares

Uno de los hechos positivos que emprendió el Ministerio de Educación, en plena pandemia sanitaria de carácter mundial (2019), es el diseño, edición, impresión y distribución gratuita de “textos escolares”, a más de tres millones de estudiantes inscritos en nivel inicial, primaria y secundario del Sistema de Educación Regular (SEP).
En “El texto escolar desde una perspectiva didáctico”, de Doris Córdova (Caracas, 2012), expresa que un texto es conocido indistintamente como libro, manual, cartilla, etc. Afirma también que muchos autores entienden texto como: “Un conjunto de hojas de igual tamaño, impresas, unidas y encuadernadas, de modo que forman un solo volumen”.
Esta misma autora, citando al pionero de la investigación sobre textos escolares, Alain Choppin (francés, 2001), dice: “El manual escolar es una herramienta pedagógica destinada a facilitar el aprendizaje y un soporte de las verdades que la sociedad cree que es necesario transmitir a las nuevas generaciones”. Menciona a Kaufman y Rodríguez (2001), aduciendo: “Los libros de textos son producidos, intencionalmente, para ser empleados en forma consecuente por el escolar y el docente, de allí su importancia como elemento o recurso didáctico”.
Otro autor (Ramírez, 2004), define texto escolar: “Como un recurso didáctico…, sustrato material o virtual, en el cual se materializa un discurso (mensaje), compuesto por palabras, símbolos e ilustraciones, estructurado de manera secuencial… (Atendiendo) a la maduración intelectual y emocional del lector, y creado con la intención expresa de ser usado como un recurso pedagógico en el proceso de enseñanza-aprendizaje del sistema escolar formal, con el fin de brindar información sobre algún área del conocimiento en atención a la oferta curricular establecida en los programas de estudio…”.
De estas acepciones podemos deducir que los textos escolares son recursos didácticos, usados por los estudiantes y docentes en los procesos de enseñanza y aprendizaje de un determinado curso, área o especialidad. Además, el uso de los textos escolares tiene un propósito académico de nivelación de conocimientos, avance de contenidos temáticos, superación de dificultades de aprendizaje, apoyo motivacional a los alumnos avezados en la lectura, o simplemente puede servir como “guía-sílabo” a los profesores.
Entonces, fue una medida positiva del Gobierno Central, dotar a cada estudiante de nivel inicial, primario y secundario, de un “texto escolar” en el inicio de cada “trimestre”. Los estudiantes de la generación “cibernética”, quizás es la primera vez que han recibido un “texto escolar” del Estado. Pero para recibir este material didáctico, los estudiantes esperaron mucho tiempo. Por ello el Ministerio de Educación debe distribuirlo al comenzar cada gestión escolar, superando problemas logísticos de impresión, embalaje y transporte de textos escolares.
A las autoridades del Estado les pedimos mantener esta política subsidiaria de carácter académico en los próximos años, entrega gratuita de recursos didácticos al iniciar cada gestión educativa. Si distribuyen recién al terminar un determinado trimestre, desmotiva a los estudiantes con ansias de lectura y aprendizaje de los contenidos curriculares programados.
Finalmente, sugerimos a los editores de “textos escolares”, revisión y actualización constante de los contenidos científicos de cada curso y área del saber humano, incorporando ilustraciones a color, llamativas, para permitir a los niños pintar, dibujar y llenar emotivamente actividades de evaluación. También insistimos en mejorar mecanismos de distribución oportuna de textos escolares a cada unidad educativa, sin cargar costos de transporte a los directores de unidades educativas y directores distritales de educación.

raulalberto1911@gmail.com

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