Desencuentros peligrosos para la seguridad mundial

Los hechos, tal como se presentan en el mundo, dan la sensación de que todos los políticos dirigentes del mundo y que, se debería sobreentender, son poseedores de gran capacidad moral e intelectual, podían analizar y llegar a la conclusión práctica, honesta y definitiva de que el planeta Tierra es el único hogar cierto y seguro de la humanidad. Que la población mundial no puede ponerse en riesgo de consumirse por los caprichos antagónicos de quienes buscan tener supremacía sobre los demás y creen tener todas las razones y derechos para sobreponerse en la conducción del orbe. Sin embargo, ellos demuestran no tener ni vocación ni dignidad ni condiciones para manejar políticas que impliquen asegurar la paz y seguridad en el mundo.
En tal sentido, Rusia persiste en buscar el dominio total de Ucrania para, muy luego, tener hegemonía absoluta sobre países del Este europeo, seguramente con la intención de propiciar y apoyar el retorno del imperio de la Unión Soviética, que tuvo dominada a una parte importante del mundo –más de 50 naciones– durante más de 60 años.
Cuando se produjo la caída del muro de Berlín, inicio del fracaso del comunismo, había la certeza de que nadie aceptaría el retorno del comunismo, por todo lo que hizo desde el año 1917 en detrimento de la vida humana. Hubo algunos descontentos ante ese hecho, simplemente porque eran interesados en riquezas y situaciones especiales que los colocaban en posición ventajosa. Pero, igualmente, la mayor parte de la humanidad vio con buenos ojos que no haya más imitaciones a ideologías o conductas que impliquen el imperio de regímenes totalitarios y tiránicos que pongan la vida de la humanidad en constante peligro.
En el momento actual, hay reacciones en Rusia por parte de quienes tienen la condición de ser muy ricos, de poseer las mayores riquezas del mundo y que les gustaría verlas crecer, porque el poder financiero que poseen no alcanza a cubrir el ámbito de sus ambiciones. No obstante, la humanidad en su conjunto no aceptará fácilmente el retorno de un régimen que fue totalitario, que impuso el hambre, las enfermedades y las peores condiciones de vida a pueblos que estuvieron bajo su dominio. A pesar de ello, al parecer no hay forma de evitar que aparezcan, cada cierto tiempo, hombres dominados por sus ambiciones y que busquen, por cualquier medio, el retorno de lo que causó tanto daño a la humanidad.