martes, noviembre 26, 2024
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Los líderes mundiales han fracasado en su batalla contra el cambio climático, según un informe de la ONU

Un nuevo informe centrado en los efectos del calentamiento global revela que no se están cumpliendo los compromisos para limitarlo. El titular de la ONU resaltó el problema del carbón y otros combustibles fósiles que asfixian a la humanidad y pide que los países cumplan con sus acuerdos de dejar de financiar la energía basada en el carbón, abogando por el uso de las energías renovables y por invertir en adaptación al clima.

 

Los científicos de la ONU lanzaron el lunes una dura advertencia sobre los efectos del cambio climático en las personas y el planeta, afirmando que el colapso de los ecosistemas, la extinción de las especies, las mortales olas de calor y las inundaciones son algunos de los «múltiples riesgos climáticos inevitables» a los que se enfrentará el mundo en los próximos 20 años debido al calentamiento global.

«Este informe es una grave advertencia sobre las consecuencias de no haber tomado medidas», dijo Hoesung Lee, presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

 

«Demuestra que el cambio climático es una amenaza grave y creciente para nuestro bienestar y para la salud del planeta. Nuestras acciones de hoy determinarán la forma en que las personas se podrán adaptar y cómo la naturaleza responderá ante los crecientes riesgos climáticos», denunció, añadiendo: «Las medias tintas ya no son una opción».

 

Según el informe, el cambio climático inducido por el ser humano está causando una perturbación peligrosa y generalizada en la naturaleza y afectando a miles de millones de vidas en todo el mundo. A pesar de los esfuerzos por reducir los riesgos, las personas y los ecosistemas más vulnerables frente a estos riesgos son los más azotados por los efectos del clima.

 

Este es el segundo de una serie de tres informes llevados a cabo por los principales científicos del clima de la ONU; su lanzamiento se produce poco más de cien días después de que la Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas en Glasgow (COP26) acordara intensificar las medidas para limitar el calentamiento global a 1,5°C y evitar así las peores consecuencias del cambio climático.

 

El Secretario General de la ONU, António Guterres, calificó el primer informe, publicado el pasado mes de agosto, como un «código rojo para la humanidad«, y afirmó entonces que «si aunamos fuerzas ahora, podemos evitar la catástrofe climática».

 

El cambio climático nos ha dejado sin aliento

 

La opinión de Guterres sobre el último informe es igualmente cruda; lo califica como «un atlas del sufrimiento humano y una acusación que apunta al fallido liderazgo en materia climática».

 

Los datos del informe, que se centra en los efectos, la adaptación y la vulnerabilidad, revelan cómo las personas y el planeta están siendo «machacados» por el cambio climático.

 

«Casi la mitad de la población vive en una zona de peligro, de momento. Muchos ecosistemas han alcanzado el punto de no retorno, de momento. La contaminación por emisiones de carbono sin control empuja a la población más vulnerable del mundo a un camino de destrucción, de momento», declaró.

 

El abandono del liderazgo es un delito

 

Guterres resaltó que los mayores contaminadores del mundo son los culpables de incendiar el único hogar que tenemos.

 

Ante tan nefastas evidencias, es esencial cumplir el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5ºC, y la ciencia demuestra que eso requerirá que el mundo reduzca las emisiones en un 45 % para 2030 y logre las emisiones netas cero para 2050.

 

«Pero a la luz de los compromisos actuales, las emisiones mundiales aumentarán casi un 14 % en la década actual. Eso supondrá una catástrofe. Destruirá cualquier posibilidad de mantener vivo el objetivo de los 1,5ºC «, afirmó el número uno de la ONU.

 

Una de las afirmaciones fundamentales del informe es que el carbón y otros combustibles fósiles están asfixiando a la humanidad, explicó el Secretario, que pidió a todos los gobiernos del G20 que cumplan sus acuerdos de dejar de financiar la energía basada en el carbón en el extranjero y en su propio país, y que desmantelen las instalaciones que operan con carbón.

 

Asimismo, se dirigió a los gigantes del petróleo y el gas: «No se puede pretender ser ecológico mientras se tienen planes y proyectos que socavan el objetivo de lograr emisiones netas de valor cero para 2050 y que ignoran las importantes reducciones de emisiones que deben producirse durante esta década. El público no se dejará engañar por esa cortina de humo”, declaró.

 

En vez de frenar la descarbonización de la economía mundial, es el momento de acelerar la transición energética a un futuro basado en energías renovables, dijo, señalando que “los combustibles fósiles son un callejón sin salida para nuestro planeta, para la humanidad y también para las economías.”

 

Hizo, además, un llamamiento a “los países desarrollados, los bancos multilaterales de desarrollo, los agentes financieros privados y otras partes interesadas para que formen coaliciones con el objetivo de facilitar que las principales economías emergentes puedan dejar de utilizar el carbón.

 

La adaptación al clima salva vidas

 

La segunda conclusión principal del informe del grupo de expertos es una noticia ligeramente más positiva: las inversiones en adaptación funcionan.

 

«A medida que empeoren los impactos del cambio climático, y lo harán, será esencial ampliar las inversiones para sobrevivir. Se deben impulsar la adaptación y la mitigación con la misma fuerza y urgencia. Por eso he abogado por dedicar a la adaptación el 50 % de toda la financiación para el clima», explicó Guterres.

 

Tras señalar que el compromiso de Glasgow en materia de financiación para la adaptación es claramente insuficiente para hacer frente a los retos de las naciones que se encuentran en primera línea de la crisis climática, dijo que también está presionando para eliminar los obstáculos que impiden a los pequeños estados insulares y a los países menos desarrollados a obtener la financiación que necesitan desesperadamente para salvar sus vidas y medios de subsistencia.

 

«Necesitamos nuevos criterios de admisibilidad para afrontar esta nueva realidad. Cualquier retraso conlleva muertes», aseveró.

 

El Secretario dijo que sentía admiración por aquellos que luchan con soluciones en la primera línea de la crisis climática, y dijo ser consciente de lo enfadada e inquieta que está la gente en el mundo.

 

«Yo también lo estoy. Ahora es el momento de convertir la rabia en acción. Cada fracción de grado importa. Cada voz puede marcar la diferencia. Y cada segundo cuenta”, sentenció.

 

Medidas urgentes para hacer frente a los riesgos crecientes

 

El Grupo de Expertos afirma que el aumento de las olas de calor, las sequías y las inundaciones ya están superando los umbrales de tolerancia de plantas y animales, provocando mortalidades masivas en especies como los árboles y los corales. Estos fenómenos meteorológicos extremos están ocurriendo simultáneamente, causando efectos en cascada que son cada vez más difíciles de gestionar.

 

Estas inclemencias meteorológicas han expuesto a millones de personas a una grave inseguridad alimentaria e hídrica, especialmente en África, Asia, América Central y del Sur, en las pequeñas naciones insulares y en el Ártico.

 

Para evitar la creciente pérdida de vidas, biodiversidad e infraestructuras, es necesario adoptar de manera acelerada nuevas medidas para adaptarse al cambio climático, al mismo tiempo que se reducen en forma sustancial las emisiones de gases de efecto invernadero.

 

Hasta ahora, los avances en materia de adaptación son desiguales y las diferencias entre las medidas adoptadas y las necesarias para hacer frente a los crecientes riesgos son cada vez mayores, según el nuevo informe. Estas diferencias son más preocupantes entre las poblaciones de menores ingresos.

 

«Este informe reconoce la interdependencia entre el clima, la biodiversidad y las personas, e integra las ciencias naturales, sociales y económicas con mayor firmeza que las anteriores evaluaciones», declaró Hoesung Lee.

 

Proteger la naturaleza es clave para asegurar un futuro habitable

 

Existen soluciones para adaptarse a un clima cambiante. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), este informe ofrece nuevas perspectivas sobre el potencial de la naturaleza no solo para reducir los riesgos climáticos, sino también para mejorar la vida de las personas.

 

«Los ecosistemas sanos son más resistentes al cambio climático y proporcionan servicios vitales, como alimentos y agua limpia», indicó el copresidente del Grupo de Trabajo II, Hans-Otto Pörtner.

 

«Si se restauran los ecosistemas degradados y se conserva de forma eficaz y equitativa entre el 30% y el 50 % de los hábitats terrestres, de agua dulce y oceánicos de la Tierra, la sociedad puede beneficiarse de la capacidad de la naturaleza para absorber y almacenar carbono, y podemos propiciar el progreso hacia el desarrollo sostenible, pero es esencial contar con la financiación y el apoyo político adecuados».

 

Los científicos señalan que el cambio climático interactúa con las tendencias globales como el uso insostenible de los recursos naturales, la creciente urbanización, las desigualdades sociales, las pérdidas y los daños causados por los fenómenos extremos, y una pandemia; poniendo en peligro el desarrollo futuro.

 

«En nuestras evaluaciones se muestra claramente que para hacer frente a todos estos diferentes retos es necesario que todos —los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil— trabajen conjuntamente para dar prioridad a la reducción del riesgo, así como a la equidad y la justicia, en la toma de decisiones y en las inversiones», declaró la copresidenta del Grupo de Trabajo II del IPCC, Debra Roberts.

 

Las ciudades: zonas críticas del cambio climático, cruciales para la solución

 

El informe ofrece una evaluación detallada de los impactos del cambio climático, los riesgos y la adaptación en las ciudades, y las zonas urbanas, donde vive más de la mitad de la población mundial.

«La creciente urbanización y el cambio climático crean juntos riesgos complejos, especialmente para aquellas ciudades que ya experimentan un crecimiento urbano mal planificado, altos niveles de pobreza y desempleo, y una falta de servicios básicos», subrayó Roberts.

 

«Pero las ciudades también ofrecen oportunidades para la acción climática: los edificios ecológicos, el suministro fiable de agua limpia y energía renovable, y los sistemas de transporte sostenible que conectan las zonas urbanas y rurales pueden conducir a una sociedad más inclusiva y justa.»

 

El tiempo para frenar el cambio climático se agota

 

En general, el informe, que proporciona una extensa información regional para permitir un desarrollo resiliente al clima, subraya la necesidad urgente de tomar medidas para mitigar el cambio climático, centrada en la equidad y la justicia.

 

Una financiación adecuada, la transferencia de tecnología, el compromiso político y la colaboración conducen a una adaptación al cambio climático y a una reducción de emisiones más eficaces.

 

«Las pruebas científicas son inequívocas: el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta. Cualquier nuevo retraso en la acción mundial concertada hará que se pierda rápidamente el poco margen que nos queda para asegurar un futuro habitable», concluyó Hans-Otto Pörtner.

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