La guerra de Putin hace que ambos lados reciban armas

Conforme transcurre la guerra de Rusia contra Ucrania, más parece que todo es un juego, una forma de burlarse del mundo porque ambos contendientes se arman con mayor premura y eficacia. Vladimir Putin parece recibir armamento de muchos sitios del mundo y presenta siempre formas más efectivas de destruir y hasta matar a los ucranianos; por su parte, el presidente de EEUU declaró muchas veces que su país no enviará armamento a Ucrania; sin embargo, los embarques de tanques, cañones y armamento de última generación son parte importante de lo que recibe ese país, hasta que también 11 aviones de guerra recibirán los militares contrarios a Rusia.
A este paso, cabe preguntar: ¿cuál será el destino de la humanidad? ¿Terminará alguna vez el juego peligroso en que están embarcados Rusia y Estados Unidos? ¿Qué se puede esperar de un gobernante obcecado como Putin? ¿Seguirá en el peligroso juego el presidente norteamericano? ¿Hasta dónde llegarán la Unión Europea y demás países que condenan a Putin, pero tampoco hacen algo para evitar la continuación de la matanza? ¿Y la OTAN por qué juega un papel de simple espectador?
Ambas partes –Rusia y Ucrania– reciben armas; cada uno está convencido y seguro de que ganará la guerra y el pueblo es el sacrificado porque “aporta” la gente que se ofrece como blanco de las partes en contienda. El mundo ha sido convertido en mero espectador de una tragicomedia interminable, donde los actores no fingen morir y resulta que cada vez hay más cadáveres embolsados a disposición de las partes.
Dadas las situaciones como se presentan de día en día, nadie puede colegir qué ocurrirá en un mundo en que priman solo conveniencias y no hay siquiera un ápice de humanidad en los que podrían evitar que siga una guerra que riega de sangre poblaciones, por el sacrificio de miles de personas. Y en este mayor escenario del planeta, los directores de organizaciones como Naciones Unidas y otras de carácter mundial se muestran impotentes.