sábado, julio 6, 2024
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Día Internacional de la Madre Tierra

Hace unos pocos días, el 22 de abril próximo pasado se celebró en el mundo el Día Internacional de la Madre Tierra, fecha que fue instituida en 1970 gracias al esfuerzo de activistas ambientales que promovieron su tratamiento en el Congreso de Estados Unidos y que, dada su importancia, se difundió en todo el mundo, a tal punto que su recordatorio ocupa hoy a la gran mayoría de los países.
Esta celebración está relacionada con la integridad de nuestro planeta y de ahí su importancia capital, por lo que deberíamos recordarlo continuamente y no solamente un día señalado del año. A esto último se debe el presente artículo.
Este año, el mensaje que acompaña a su celebración es: “invertir en nuestro planeta”. Lo cual no significa solamente inversiones económicas, sino todo tipo de ellas, ya sea de tiempo y/o de acciones específicas, como pueden ser reducir, reciclar o reutilizar materiales, evitar desperdicios contaminantes, sembrar árboles, proteger a animales desvalidos, ahorrar o sustituir combustibles fósiles que dañan el ambiente, crear redes de apoyo entre familiares y amigos, difundir las necesidades de protección del hábitat, participar en la limpieza de desperdicios, etc.
La aprobación mundial de esta fecha motivó a Naciones Unidas a celebrar la llamada Cumbre de la Tierra, que se realizó en 1972 en la ciudad de Estocolmo, Suecia, con la participación de representantes de 179 países entre políticos, diplomáticos, científicos, representantes de ONGs y otros. Fue el primer esfuerzo masivo para conciliar las actividades del hombre con el medio ambiente y donde se inició el diálogo entre los países industrializados y en desarrollo con ese fin.
Una de las determinaciones más relevante de esa reunión fue la creación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el cual actualmente lo integran 193 países.
En aquella oportunidad se establecieron tres tipos de acciones: a) evaluación del medio humano como vigilancia internacional; b) ordenación del sistema humano, y c) acciones nacionales e internacionales dirigidas a la conservación del planeta. De estos tres tipos de realizaciones se desprendieron 24 principios relacionados con los derechos del hombre para vivir en un ambiente sano y protegido y el curso de las acciones políticas y de todo tipo que se deben realizar con tal fin.
El documento en su parte central manifiesta “El hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea, el cual le da el sustento material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual, moral, social y espiritualmente”.
No obstante, en el informe preparado por la Organización de Naciones Unidas para recordar el Día de la Madre Tierra en el año 2021, se manifiesta: “La humanidad enfrenta unos desafíos ambientales que han venido aumentando en número y gravedad desde la conferencia de Estocolmo de 1972”. Por lo que se puede deducir que más fueron las buenas intenciones que la firmeza de los compromisos contraídos por los países en aquella oportunidad.
En ese mismo informe se detallan un sinnúmero de adversidades que confronta nuestro planeta, de las cuales es relevante citar las siguientes:
– Los avances económicos, sociales y tecnológicos que se manejan en el mundo no toman en cuenta la capacidad de la tierra para sustentar el bienestar humano actual y futuro.
– Los indicadores económicos de manejo ordinario, como el PIB y otros, no reflejan las situaciones de salud, educación y otros indicadores de la calidad de vida relacionada con su medio.
– El progreso económico de países de ingresos altos y medios apenas ha beneficiado a los países de ingresos bajos.
– 1.300 millones de personas siguen siendo pobres y sin expectativas y 700 millones pasan hambre, previéndose que ello empeore con la pandemia que castiga a todos.
– El mundo se gobierna sin tomar en cuenta los beneficios esenciales de la naturaleza que deben ser respetados.
– La población mundial en 2050 llegará a 9.000 millones de personas, para lo cual la energía tendrá que aumentar en 50% y la producción de alimentos en 70%, situaciones que pueden agravar los daños planetarios.
– El mundo está lejos de cumplir con el Acuerdo de París para limitar a 2ºC % el incremento de temperatura global para el año 2030, Por lo que los desastres como los incendios de bosques o aumento del nivel de los océanos serán más graves.
– Las emisiones de gases de efecto invernadero son mucho más elevadas que en cualquier momento de los últimos 800 mil años.
– Un millón de los ocho millones de especies de plantas y animales que hay en el mundo están amenazadas de extinción.
Estos últimos puntos deben movernos a recapacitar sobre la importancia de efectuar acciones dirigidas a proteger nuestro mundo de: la contaminación del aire que respiramos, la escasez de agua, el exceso de residuos, el cambio climático, la contaminación de los océanos y la extinción de especies que equilibran el sistema productivo y la salud.

El autor es Consultor Internacional.

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