Luego de lo pasado, queda para combatir lo que venga

Resabios que han quedado del coronavirus, aunque lentamente, quedan en proceso de extinción aun con la posibilidad de un retorno que seguramente encontrará con más defensas a la población y no dispuesta a soportar un embate que, de inicio y por dos años, ha sido letal causando daños incalculables. Lo importante ahora es que el pueblo se sienta fortalecido y decidido a enfrentar cualquier problema. Para nosotros, parte del Tercer Mundo pobre y subdesarrollado, el balance es que nadie puede arredrarse ante lo que venga y es urgente que niños y jóvenes especialmente, estén preparados no sólo física sino mentalmente, habiendo avanzado mucho en sus estudios y llanos para enfrentar hasta competir con otras personas que ya alcanzaron altos niveles en Europa y Estados Unidos. Hay que reconocer que aún nos falta mucho para alcanzar sitiales importantes en las ciencias y la tecnología; pero, con esfuerzo y constancia, será posible no sólo llegar a esos niveles sino superarlos para ganar los tiempos perdidos.
Mientras dure este tiempo de recuperación, seguiremos siendo testigos de una guerra injusta que lleva a cabo Rusia matando miles de personas y destruyendo ciudades y pueblos. Por su parte, Estados Unidos, erigido en defensor de Ucrania, no ceja en su empeño de ganar la contienda, aunque con la posibilidad de agravar y agrandar las fronteras de la guerra que, según el tirano ruso Vladimir Putin, podría alcanzar la condición de una guerra nuclear pero, ante esta posibilidad, ¿cuál será el futuro para contar lo ocurrido, narrar las consecuencias y habrá quien lo haga? De momento, sólo cabe hacer cábalas y jugar con fantasías. Lo importante sería que los buenos propósitos de hoy se concreten y al ser realidad sirvan a la humanidad para ser mejores, para comprender que todos estamos llanos a cambios sustanciales de nuestra vida dejando muy lejanos los tiempos en que la división, las discordias, los odios y rencores, la hipocresía y la soberbia queden tan lejanas que nadie recuerde.
El mundo, tal como lo vivimos hasta finales de 20l9 se ha hecho hoy tan lejano que por sí mismo borra lo pasado y queda el propósito de encarar una vida nueva, en permanente renovación, un mundo que sea de paz y concordia entre todos si deseamos alcanzar lo que nos traiga tranquilidad, amor y comprensión entre todos. Que los tiempos que estamos pasando sean para entender la obra de Dios que, traducida en la naturaleza, sirva para un entendimiento fraterno y propenso a superar cualquier situación negativa.