Bolivia registrará un crecimiento de la economía de 3,9 % en la presente gestión, pero también presentará cifras menores en los próximos años, 2,8 % en 2023 y 2,7 % en 2024, según el último informe Perspectivas Económicas Mundiales del Banco Mundial.
Bolivia registró 2,2 % de crecimiento en 2019, y un año después una recesión de -8,7 %, pero en 2021 recuperó terreno con 6,1 %, para la presente gestión registrará 3,9 %, menos a las proyecciones del Gobierno que fijan 5,1 %.
El Banco Mundial señala que la guerra en Ucrania provoca una mayor inflación y condiciones financieras más restrictivas, y alerta de una abrupta desaceleración del crecimiento y aumenta el riesgo de estanflación.
La estanflación registra tres condicionantes: una elevada inflación, un incremento en los precios de consumo y un crecimiento económico reducido.
Bolivia fue destacada por medios internacionales por la baja inflación que registra, y las condiciones para enfrentar la crisis derivada de la guerra Rusia-Ucrania, que provocó altos precios de las materias primas, alta inflación y una reducción de liquidez en el mundo.
Los economistas señalan que el modelo está agotado, y requiere ajustes para encarar la nueva coyuntura internacional.
En las redes sociales, Tik Tok, el economista y docente de la Universidad Católica Boliviana, Gonzalo Chávez, señala que los recursos disminuyeron debido a la reducción de la producción de gas, y explica que las políticas implementadas no atrajeron inversores, y las que realizó Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos no son suficientes.
Informe
Como agravante de los daños provocados por la pandemia de covid-19, la invasión rusa a Ucrania ha exacerbado la desaceleración de la economía mundial, que está entrando en lo que podría convertirse en un período prolongado de escaso crecimiento y elevada inflación, según el último informe perspectivas económicas mundiales.
Ese contexto aumenta el riesgo de estanflación, con consecuencias potencialmente perjudiciales tanto para las economías de ingreso mediano como para las de ingreso bajo.
Se prevé que el crecimiento mundial descienda del 5,7 % en 2021 al 2,9 % en 2022, un porcentaje considerablemente menor que el 4,1 % que se anticipó en enero. Se prevé que oscile en torno a ese ritmo durante el período 2023-2024, a medida que la guerra en Ucrania afecte la actividad, la inversión y el comercio en el corto plazo; la demanda reprimida se disipe, y vayan eliminándose las políticas monetarias y fiscales acomodaticias. Como resultado de los daños derivados de la pandemia y la guerra, este año, el nivel de ingreso per cápita de las economías en desarrollo se ubicará casi un 5 % por debajo de su tendencia previa a la pandemia.
“La guerra en Ucrania, los confinamientos en China, los trastornos de la cadena de suministro y el riesgo de estanflación afectan el crecimiento. Para muchos países, será difícil evitar la recesión”, afirmó el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass.
“Los mercados están expectantes, por lo que es urgente fomentar la producción y evitar las restricciones comerciales. Se requieren cambios en las políticas fiscales, monetarias, climáticas y de endeudamiento para contrarrestar la asignación inadecuada de capital y la desigualdad”, agregó.
Las economías en desarrollo deberán equilibrar la necesidad de garantizar la sostenibilidad fiscal con la necesidad de mitigar los efectos de las múltiples crisis en los ciudadanos más pobres, señaló el director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial, Ayhan Kose.
Por ello recomienda que se debe comunicar con claridad las decisiones en materia de política monetaria, aprovechar la credibilidad de los marcos de política monetaria y proteger la independencia del banco central, para que pueda anclar eficazmente las expectativas inflacionarias y reducir el grado de restricción monetaria requerida para lograr los efectos deseados sobre la inflación y la actividad.
Se prevé que el crecimiento en las economías avanzadas se desacelere drásticamente del 5,1 % en 2021 al 2,6 % en 2022 (1,2 puntos porcentuales por debajo de las proyecciones de enero). Se prevé que el crecimiento se modere aún más al 2,2 % en 2023, lo que reflejará en gran medida la retirada del apoyo mediante políticas monetarias y fiscales, proporcionado durante la pandemia, señala el informe.
Entre los mercados emergentes y las economías en desarrollo, también se prevé una caída del crecimiento del 6,6 % en 2021 al 3,4 % en 2022, muy por debajo del promedio anual del 4,8 % durante el período comprendido entre 2011 y 2019.
Los efectos secundarios negativos de la guerra neutralizarán considerablemente cualquier estímulo de corto plazo para algunos exportadores de productos básicos derivado de los precios de energía más altos.