Eximio guitarrista y artista renombrado por donde va. Así podríamos presentar al invitado de lujo hoy en Cvltvral, cuyo talento en la guitarra no es un misterio para nadie, y, actualmente, está promocionando una presentación algo más rockera. En esta exclusiva tenemos los detalles… Sean todos bienvenidos al show.
¿Desde cuándo se viene gestando esta presentación rockera?
El rock ha sido siempre algo que me ha acompañado desde mi más temprana adolescencia. Yo recuerdo muy bien entre las primeras memorias, tocar una batería de ollas que colocaba sobre mi escritorio acompañado alguna canción de AC/DC. Después, ya en mi etapa de formación académica, el rock siguió formando una parte importante de mí, ha sido una escuela para mí, esa fuerza remota ígnea que posee el rock es algo que he tratado de llevar a la música que toco. Si bien a mí me importa mucho la estética, lo sublime, la delicadeza en lo que hago, para mí es muy importante el opuesto o complementario de ello que es esa fuerza bruta, que te arrasa, que remolca, que empuja y siempre mi vida ha estado asignada por estos opuestos aparentes, que a la vez son complementos. Nada es dulce si no existe un poco de amargo, sin arriba no hay abajo, sin claro no hay oscuro, eso es lo que me interesa más a mí, los contrastes, también más que una sola pieza en particular, me gusta la interacción entre las piezas, que la pienso muy bien.
¿Cómo tomas la decisión de hacer esta presentación?
En la pandemia, en el freno que me vi obligado, empecé a hacer una serie de arreglos, que hacía 15 años no había realizado. En mi disco ”Aires Indios”, que es todo música boliviana, y que es todo casi arreglos y versiones mías, intentaba crear un repertorio para guitarra de música boliviana, desde le barroco colonial hasta nuestros días. Ese lo grabé en el 2006, están los “Aires Indios” de Eduardo Caba, una Sonata del Barroco Colonial de Moxos, Chiquitos, música de Prudencio, que esa sí es original para guitarra, música de Alfredo Domínguez, que interpreto a mi parecer urbano; y una serie de músicas populares que arreglé para aquel entonces.
Y desde esas fechas hasta hace poco, no había vuelto a ocuparme de arreglos, que es algo que me interesa mucho, entonces en la pandemia, no fueron uno o dos, sino entre 10 y 15 arreglos que florecieron junto con cosas que había dejado pospuestas. De pronto me di cuenta, que podía hacer un programa de este tipo, pop y rock, que me gustan y que le gusta a mucha gente, pero en versiones para guitarra.
¿Qué grandes bandas de rock han influenciado tu camino en la guitarra?
En mi camino no tanto, más bien la interpretación. Con esto me refiero a que esa fuerza que te arrasa. Es esa fuerza la que me subyuga, además pretendo que esa fuerza esté en todo mi trabajo. El rock me ha enseñado mejor ese camino. En mis interpretaciones, en la música que hago, han ganado mucha vida y mucha fuerza gracias a eso.
Las bandas que oía en ese entonces van desde AC/DC, Iron Maiden, Dream Theater, que es un metal progresivo del cuál soy un admirador tenaz.
Top tres guitarristas favoritos
Hay varios por distintas razones, me fascina la facilidad e innovación de Eddie Van Halen, me fascina la fuerza y la simplicidad de Angus Young, me fascina la complejidad, la belleza, la hazaña titánica de tocar cosas tan complejas musicalmente John Petrucci.
¿Qué momentos deseas enfatizar en esta tocada?
No sabría enmarcarme en una época específica, sino en piezas que he escogido para tocar, como “Bohemian Rapsody” de Queen, como el “Thunder struck” de AC/DC, como dos piezas de Sting, a quién actualmente admiro más que cuando estaba en The Police. Entonces hay música de distintas épocas, no busco enfatizar en alguna época, sino he agarrado piezas que venimos oyendo desde hace mucho tiempo y que me gustaría que suenen en solo de guitarra.
¿La música cruceña merece un acápite?
En los últimos años me estuve ocupando mucho de la música de los andes y de los valles, en traer esa música y hacerla sonar en la guitarra, desde mi disco Aires Indios en el 2006, donde casi todo es muisca de los andes y de los valles, y hay solamente un arreglo de música cruceña. Entonces de me di la tarea de saldar esta deuda con la música cruceña, y han devenido tres piezas que me emociona mucho, el Guajojó, un taquirari, el Jumechi, un carnaval, y el Lamento Yuki, una chovena. Es una trilogía, porque las he pensado en tres piezas que se tocan juntas. Como todas las versiones que hago para guitarra, siempre me suponen un principio una montaña inexpugnable, donde me digo, como hacer para que suene en la guitarra y que no sea una anécdota, que no solo sea una melodía con acompañamiento, sino una versión que encierre todo y se pueda oír como la original.
¿Para la gente que nos sigue qué tipo de concierto puede esperar?
Hay tres pilares fundamentales que son mi función, tocar en el ser humano:
1. Corazón
2. Mente
3. Espíritu
Mover el corazón, sorprender la mente y tocar el espíritu.
Más allá de que esta vez sea una música que suena mucho más familiar a los oídos y que puede sorprender no solo por la interpretación técnica del instrumento que se ve, sino por la familiaridad que hay con la música y por la sorpresa de ver cómo es posible meter todo eso en una guitarra. Que todavía suene bien, emocionante y suene hasta tan rockero como el original, en este caso el “Thunderstruck” de AC/DC, donde he tenido que inventar recursos para que eso suene de verdad con esa fuerza remota que yo quiero que exista en todo lo hago y en especial en algo tan fuerte como todo el mundo lo percibe que es AC/DC.