viernes, septiembre 27, 2024
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Narcotráfico y drogas, ¿cuál es su destino?

Hay informaciones diversas en relación con el apresamiento de narcotraficantes y confiscación de droga en cantidades alarmantes que caen en poder de las autoridades; pero muy poco se conoce sobre el destino que tienen. Desde siempre, se conoce que los narcotraficantes “están en poder del juez cautelar” y las drogas incautadas son “depositadas en las bóvedas del Banco Central”.

Siempre se ha aplaudido el accionar de las autoridades que combaten el vil negocio de las drogas, pero siempre se ha reclamado sobre el destino de todo lo que se dijo que “ha sido incinerado”. Alguna vez, en pasado muy lejano, y en presencia de fiscales, jueces y periodistas, se invitó a la prensa y se incineró parte de los productos; pero, a pedido de un director de periódico, se verificó el contenido de algún saco y la conclusión fue: “en la parte superior, un par de centímetros de cocaína; luego, el resto, almidón y harina”. Ante los reclamos surgió la explicación simple: “Yo no sé qué pasaría” y nadie supo sobre lo ocurrido. Se suspendió toda la operación indefinidamente y el misterio se apoderó de todo.

Así, se trata de quintales de droga, centenares de narcos y “nadie sabe nada”. Esta es realidad de siempre porque parece que a ningún gobierno le interesa o le conviene que se sepa la verdad. Hoy, el pueblo querría saber qué es lo que pasó y qué ocurre siempre con las drogas decomisadas y con los autores, a quienes, además, se les decomisa anillos y dinero de diversa denominación. Los jueces, poco o nada dicen y todo, una vez más, pasa a las “fauces de lo misterioso”.

Este es un problema sumamente grave que no debe permanecer oculto indefinidamente; debe saberse verdades y sentar precedentes. Alguna vez, interrogada la DEA o alguna autoridad norteamericana, tampoco se pudo conocer qué pasó y solo hubo la explicación: “Este es problema de los jueces, fiscales y policías de Bolivia”. Otro misterio de tiempos pasados…

Alguna vez, los medios volvimos a los interrogatorios y las respuestas fueron “mutismo absoluto”. Y cabe preguntar: ¿qué dice el gobierno? ¡Nada! Ahora, surge el mismo interrogante: ¿Cuál es la verdad? ¿Podría informar algo este gobierno? Hemerotecas podrían llenarse con información sobre decomisos y apresamientos que nadie podrá explicar. Entretanto, gobierno, instituciones, policía, jueces, fiscales y gente de toda clase: callados y resignados a guardar discreción y prudencia porque a alguien se le ocurrió lanzar la prevención: ¡Cuidado! Puede haber un tapaboca peligroso porque el caso quema…

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