Por: Susana Gutiérrez
“La artesanía está anclada en la historia de Florencia, rica en un patrimonio cultural y en un saber hacer ancestral, aún muy vivo hoy en día”, se lee en el portal de la Maison, en referencia a la colección presentada hace unos días en la bella Italia, un fascinante destino elegido para mostrar que cada pieza de Chanel es especial y sintetiza el trabajo de centenares de bordadores, paruriers, orfebres, plisadores, guantereros, zapateros, curtidores, sombrereros y expertos en seda y cashmere de distintos países europeos.
Ellos junto con la casa de moda francesa son los encargados de inmortalizar la obra de Coco Chanel, pues desde los años 50, ella inició un diálogo creativo con los artesanos, ya que primero había sido sombrerera y conocía la pericia del molde y la maceración del objeto.
La presentación de la colección Métier d’art 2022 tuvo como escenario la Stazione Leopolda, una antigua estación de tren de la primera mitad del siglo XIX. El vestuario fue descrito previamente por la directora artística Virginie Viard como «Muy metropolitano pero sofisticado», con prendas de tweed y prendas de punto reinventadas con intrincados adornos. La mezclilla de tiro bajo, las faldas de cintura caída y las prendas exteriores relajadas fueron un tributo al estilo parisino y el icónico logotipo de la doble C se estampó en los cárdigans. Los accesorios refinados y glamorosos con joyas presentadas en diamantes de gran tamaño y el clásico acolchado de la Maison.
Esta colección sirvió para afianzar vínculos entre Chanel e Italia, país donde se fabrican algunos productos únicos de la casa de moda francesa.
