domingo, septiembre 1, 2024

Paul McCartney

Tenemos el enorme agrado de estrenar este espacio en Cvltvral, donde varios amigos de la casa nos presentarán grandes crónicas de grandes conciertos alrededor del globo. En esta oportunidad, “Michi” Butrón, destacado comunicador en nuestro medio, nos trae a manera de corresponsalía una crónica sobre el más reciente concierto que dio en tierras norteamericanas, para deleite de todos.
“Domingo 12 de junio, son las 8 pm y yo junto a poco más de 70.000 almas me encuentro en el Camden Yards de Baltimore, Maryland esperando por ver en vivo al zurdo más famoso del rock and roll: Paul McCartney.
La expectativa de los locales es tremenda, ya que Macca no actúa en un escenario de esta ciudad desde 1964, vez que lo haría secundado de sus 3 compinches de flequillo en pleno furor de la beatlemanía. Por otra parte, mi expectativa no es menor ya que será la primera vez que vea en vivo al autor de grandes himnos que forman parte del soundtrack de mi vida; ese soundtrack que gracias a mi viejo siempre estuvo plagado de buen rock como el del gran Sir Paul.
Los minutos siguen pasando y la impaciencia impera, la entrada decía 8.00 pm pienso mientras veo mi reloj marcando las 08:35 pm, finalmente las pantallas se iluminan, llegó el momento. Paul salta al escenario en medio de un caluroso recibimiento, no sólo del público, sino también de la tarde noche de Baltimore.
“Can’t Buy Me Love” abre el show seguida del tándem “Junior’s Farm” y “Letting go”, de su época al mando de Wings. Macca saluda al público y aprovecha para quitarse su saco celeste, antes de arremeter con el clásico “Got to Get into my Life”. Sí, aquella canción de “The Beatles” que Paul confesó haberla escrito en honor al porro y no a una persona especial como cualquiera hubiera imaginado inocentemente.
La nostalgia invade el estadio mientras la noche avanza y se intercalan himnos de los Beatles como “Getting Better” del Sargent Pepper o “Love me do” con canciones de la época Wings como “Let ´em in”, “Jet” o la gran “Nineteen Hundred and Eighty Five”.
Paul está a días de cumplir 80 años pero irradia juventud y buena vibra, cada canción llega precedida por una pequeña anécdota o algún guiño de humor al público que se rinde en aplausos y ovación al ex compañero de Lennon.
La noche prosigue y guitarra acústica en mano Macca recuerda a John con la hermosa “Here Today” e incita a no guardarse nunca un “I Love You” para nadie, los recuerdos no terminan y pide una ovación para George Harrison, antes de interpretar una versión de “Something”, empuñando un ukelele.
Llegan “New” y “Fuh you” de la nueva era de Paul, pero los clásicos no cesan y el público enloquece con “Lady Madonna” y “Ob-La-Di, Ob-La-Da”.
Sin dar lugar al respiro, Paul se turna entre el bajo, la guitarra y dos pianos para entrar en la recta final del show y uno de los momentos más emotivos ha comenzando… “Get Back” poniendo a cantar a todo el mundo; seguida del himno de Wings y, para mí, uno de los puntos más altos de la noche “Band on the Run”; y, finalmente, el triplete goleador, “Let it be”, “Live and Let Die” y “Hey Jude” en medio de fuegos artificiales, y un ida y vuelta con el público para el recuerdo coreando el “Na, na, na, na, na, na” para finalmente amagar con la despedida.
Luego de unos minutos Paul y su banda vuelven a escena ondeando las banderas de Ucrania, Estados Unidos, Reino Unido y la del Arcoíris, para nuevamente acomodarse en escena y regalarnos los bises del show “I’ve got a Feeling” a dueto virtual con Lennon, “Happy Birthday”, “Helter Skelter” y el medley de “Golden Slumbers”, “Carry that weight” y “The end”, para poner el broche de oro a una velada mágica con la inmortal frase de esta última canción “… and in the end, the love you take is equal to the love you make”, con 70.000 personas y este servidor agradeciéndole a Paul su música y estás 2 horas y media de nostalgia y rock and roll y reafirmando en el amor hacia Paul; lo cierto y atinado de aquella frase que cierra The End.

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