Por: Elena Sanz
Los pensamientos obsesivos son aquellos a los que les damos vueltas y más vueltas en la cabeza sin que podamos evitarlo. Es como si los rumiásemos y la bola se hiciese cada vez más grande, provocando que nuestra preocupación y nivel de ansiedad aumenten.
Lo complicado es ponerles freno. ¿De qué sirve pensar en qué haremos si nos diagnostican una enfermedad cuando todavía no sabemos los resultados de las pruebas? Adelantarnos nos provoca ansiedad y malestar, lo que condiciona el resto de las acciones.
¿Los pensamientos obsesivos están asociados a otras condiciones?
Los pensamientos obsesivos suelen relacionarse con el trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Pero también son frecuentes en personas con ansiedad, depresión o que han sido diagnosticadas con algún tipo de alteración de la personalidad.
Con todo, resulta importante no dejar los pensamientos obsesivos de lado. Pues en el caso de que la ansiedad o la depresión mejoren, la aparición de estas rumiaciones puede provocar una nueva recaída.
Depresión con pensamientos obsesivos
La depresión y otros trastornos pueden complicar su evolución cuando interfieren pensamientos obsesivos y repetitivos.
3 recomendaciones para combatir los pensamientos obsesivos
Acudir a un psicólogo que nos pueda brindar ayuda profesional es fundamental para evitar que este tipo de pensamientos condicionen nuestra vida.
- Parada del pensamiento
Esta es una técnica que algunos psicólogos recomiendan, aunque no todos. Se basa en la terapia cognitiva conductual. Se trata de que cuando un pensamiento intrusivo nos aborda podamos decir “basta” o “stop” en voz alta. Con el tiempo, podremos hacer esto mentalmente. La técnica de la parada del pensamiento nos permitiría darnos cuenta de la gran cantidad de pensamientos obsesivos que tenemos.
- Tiempo para pensar
Cuando hayamos dominado la técnica de la parada de pensamiento, es el momento de empezar con otra que es la del tiempo para pensar. La parada de pensamiento está bien, pero hay cosas sobre las que sí debemos pensar y reflexionar. Para esto está ese momento que deberá ser de unos 15 minutos como máximo.
Lo que haremos es permitirnos pensar en todo lo que hemos estado frenando a lo largo del día. Siempre debería hacerse en un momento específico del día.
- Técnicas de relajación
Ya tenemos las dos técnicas anteriores para ponerle freno a los pensamientos obsesivos, pero todavía nos queda algo más. Practicar yoga o meditación es algo fundamental si sufrimos de pensamientos de este tipo. Además, ayuda a que las técnicas anteriores se afiancen.
Al practicar yoga o meditación el estrés y la ansiedad se reducen, permitiéndonos gestionar mejor los pensamientos que nos abordan y que nos hacen perder el control. Hacer deporte también contribuye; podemos caminar unos 30 minutos, meditar durante 5 minutos y practicar yoga 15 minutos más. Lo importante es hacer esto a diario.