La guerra Rusia-Ucrania y los cambios políticos en la región pueden incidir en la Inversión Extranjera Directa (IED), ya Bolivia estaba en la zaga de los capitales foráneos antes de la pandemia; sin embargo, el Gobierno asegura que va en recuperación, luego del covid-19.
Aunque se señala que en el 2020 la inversión extranjera cayó a su nivel más bajo de los últimos años, sin embargo el problema ya se presentaba en 2019, cuando registró una desinversión de -217 millones de dólares, y en el año de la pandemia la cifra llegó a -1.097 millones, de acuerdo a datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en su informe de agosto de 2021.
«Considerando el contexto de la economía global signado por el incremento de la producción y el comercio alrededor de las cadenas de valor lideradas por la IED, y cuando son estas cadenas (globales y regionales) las que vienen cambiando la naturaleza y estructura de la economía mundial, es sorprendente el lugar marginal que ocupa Bolivia en la inserción internacional de América Latina, que no sea por su participación periférica en la exportación de productos primarios (en especial minerales) y unos pocas manufacturas de origen agrícola (sobre todo productos oleaginosos)», señala el documento de la Fundación Milenio titulado El capital constructivo, la inversión extranjera en Bolivia.
Durante la última década y media, Bolivia ha recibido una fracción mínima de la IED en la región, en todos estos años Bolivia ha estado a la zaga en IED, compitiendo por los últimos lugares con Paraguay y muy lejos de otros países como Uruguay, Perú, Chile y Colombia. Por si fuera poco, es el único país con cifras negativas de IED en los años 2019 y 2020, señala el documento.
Mientras tanto, el Banco Central de Bolivia (BCB) publicó el «Reporte de Capital Privado Extranjero en Bolivia-Gestión 2021» que muestra que la economía boliviana fue receptora neta de capitales externos, reflejando la recuperación de la confianza de los inversionistas extranjeros en el país mediante la aplicación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo que lleva adelante el Gobierno nacional.
Los economistas reiteradamente señalan que la propuesta de modelo del Gobierno ya está agotada, pues sino fuera el contexto internacional, el país dejaría de percibir divisas, la minería y los alimentos lideran las ventas al exterior.
La nacionalización de los hidrocarburos, así como la reversión de concesiones mineras, de telecomunicaciones y energía frenaron el ingreso de capitales extranjeros en estos sectores, y uno de los problemas que se observa, según los expertos en el tema, es que Bolivia recibe menos ingresos por la venta de hidrocarburos a comparación del aumento de importación de combustibles.
El analista económico Jaime Dunn publicó en su twitter que Bolivia pasó de exportador a mayor importador de hidrocarburos, de acuerdo a datos de las cifras del primer cuatrimestre de la presente gestión.
A pesar de ese panorama adverso, el Banco Central de Bolivia señala en su boletín de que luego de dos gestiones en las que se registraron retiros de capitales, en 2021 Bolivia tuvo un ingreso por Inversión Extranjera Directa (IED) de 594 millones y, en términos brutos, la IED alcanzó a 1.048 millones de dólares, mostrando una mejora significativa en relación a 2019 y 2020.
Rezago
Milenio señala que el rezago en IED pone de manifiesto que Bolivia es un país poco atractivo para el capital extranjero, y que no habría generado ni la institucionalidad ni los incentivos necesarios para las inversiones: seguridad jurídica, estabilidad política y económica, incentivos fiscales, regulación eficiente y confiable, protección de los contratos y derechos adquiridos.
Además, hay que recordar que ante de la renuncia de Evo Morales a la presidencia, un año antes se formaron equipos económicos que viajaron a Estados Unidos y Europa para brindar toda la información de la minería a los potenciales inversores, pero los resultados nunca se presentaron, debido a que no tuvieron el resultado esperado.
El documento de Milenio sostiene que el Gobierno no se ha esforzado ni ha sido eficaz en captar el interés de los inversionistas de capital extranjero. “Más bien quizá lo contrario: ha espantado la inversión por cuenta sobre todo de la nacionalización de empresas extranjeras; una política repetida a lo largo de nuestra historia y que ha suscitado la desconfianza de los inversores”, agrega.
Sectores
El BCB en su boletín de la semana pasada informa que por actividad económica, los flujos de la IED se dirigieron en gran parte al sector de la Industria Manufacturera (36 % de participación), una de las mayores fuentes de empleo en el país; asimismo, minería (28 %) e hidrocarburos (18 %) se constituyeron en los sectores estratégicos generadores de excedentes.
El Reporte de Capital Privado Extranjero en Bolivia-Gestión 2021 también muestra el desempeño de los flujos de IED en el mundo y la región, destacando la importante recuperación de Bolivia en relación a los países vecinos, al pasar de una cifra negativa, de -3,1 % respecto del PIB nacional, a una positiva de 1,5 %.
Reformas
Las reformas estructurales de los años 80 y 90 del siglo pasado reorientaron la economía hacia el libre mercado y la apertura al capital extranjero. En el caso de los hidrocarburos, la combinación de una legislación de promoción de inversiones, con una tributación compuesta por regalías y por impuestos a las utilidades, además de un enorme mercado asegurado con el contrato de venta de gas a Brasil y la construcción del gasoducto, tuvo el efecto de un incentivo poderoso para las inversiones petroleras, las que no tardaron en llegar y en lograr descubrimientos de grandes campos de gas natural que aumentaron sustancialmente las reservas.
Pero la observación estaba en los ingresos para el país, que eran menores a comparación de las compañías extranjeras, que fue uno de los argumentos para cambiar la Ley de Hidrocarburos.
La minería, por su parte, se vio favorecida por un régimen de concesiones que, otorgando derechos propietarios sobre los recursos mineros y creando un marco definido de derechos y obligaciones para todos los agentes económicos y de estabilidad para los contratos de los privados con el Estado, daba plenas garantías a las labores de exploración y explotación minera.
Como resultado, entre los años 2008 y 2010, ingresaron en operación tres grandes proyectos mineros: San Cristóbal, San Bartolomé y San Vicente, con inversiones estimadas de más de dos mil millones de dólares en varios años, de manera que creció la producción y se incrementaron las exportaciones.
Milenio asegura que si no hubieran ingresado capital extranjero para los hidrocarburos y la minería, el país no se habría beneficiado del boom de los precios altos de las materias primas en el mercado internacional.
Lo insólito y paradójico es que la larga permanencia del régimen populista de Evo Morales (2006-2014), hostil a la IED, le debe mucho al auge de la IED en los años previos que resultó siendo efímero. La verdad es que la estabilidad política de su gobierno se construyó en buena medida sobre la base productiva creada por los capitales extranjeros en sectores económicos claves.