Fundamentación de la Inteligencia Emocional
Según los especialistas en el campo, la Inteligencia Emocional puede dividirse en dos áreas principales que son la inteligencia intrapersonal y la inteligencia interpersonal. Esta división le brinda un mayor y mejor sustento a la estructura de la necesidad de adquirir y desarrollar una adecuada inteligencia emocional, lo mismo que a la extensión e importancia de los beneficios otorgados por la misma.
Inteligencia intrapersonal
Hace referencia a la capacidad de interpretar los propios sentimientos y emociones, así como generar un autoconcepto, una autoestima y una autoeficacia precisas.
Sus procesos de pensamiento son de interiorización, es la inteligencia del autoconocimiento. Son seres sensibles a la reflexión y a la meditación. Tienen un fuerte sentido del yo, tienen confianza en sí mismos, son un poco soñadores y a menudo prefieren trabajar solos. Pueden perseverar en sus intereses y metas. Toleran bien la soledad. Están atentos a sus experiencias íntimas. Son buenos para definir metas, meditar, soñar, callar, planificar, entenderse a sí mismos, estudiar sus propios sentimientos y proyecciones. Guían a los demás a partir de su propia experiencia. Pueden ser originales y siguen su propio ritmo. Pueden ser excelente teóricos, filósofos, científicos, psicólogos.
Inteligencia interpersonal o extrapersonal
Se refiere a la capacidad de interpretar los sentimientos y emociones de los demás y dar una respuesta adecuada a estos. Además, tiene que ver con la capacidad de evaluar las consecuencias de las acciones sobre los demás y es la encargada de aspectos como la empatía, el respeto hacia los demás y el desarrollo de habilidades de trabajo en equipo.
Es la inteligencia del entendimiento social y posee la claridad de la necesidad colectiva. Las personas con esta inteligencia piensan en función del otro, preguntan a otros por sus ideas y poseen una habilidad innata para la interacción social y para la organización de grupos humanos. Son persona que hablan con todos, son hábiles para dirigir democráticamente, organizar, comunicar, intermediar, negociar, liderar de manera horizontal, mediar conflictos. Son hábiles para percibir y entender a otros individuos, sus estados de ánimo, sus deseos y motivaciones. Son diplomáticos y expertos en relaciones humanas, liderazgo y organización grupal. Pueden destacar como líderes políticos y espirituales. Son excelentes padres y profesores, consejeros, vendedores, hombres y mujeres de negocios, terapeutas.