Desde siempre y conforme establecen las leyes, los gobiernos, conjuntamente las dirigencias sindicales, deberían controlar periódicamente los estados financieros y la economía de federaciones y organizaciones sindicales; pero el término “control” parece no haber sido inventado ni para gobiernos ni para entidades que tienen que ver con dinero. Este es el caso de las cuotas sindicales y otros medios financieros que administran los sindicatos.
Desde siempre, hay reclamos de palabra por parte de algunos organismos que requieren saber el “estado de cuentas” de sus sindicatos y otras dirigencias laborales, lo que jamás se cumple. Cada gobierno, a su turno, cuando se producen reclamos promete que “en días más, el Ministerio de Trabajo hará cumplir las disposiciones” y, exigidos los sindicatos, federaciones y otras directivas, lo menos que hacen es cumplir y “suman y siguen” cuentas sin claridad alguna. Los dirigentes, para “cumplir con sus bases”, prometen presentar planillas y detalles sobre recaudaciones y gastos; aducen “falta de tiempo” o “negligencia de anterior directiva o fallas del banco” con tal de “salirse del problema”. Llegado el caso al Ministerio de Trabajo, tampoco se encuentra algún resultado, salvo promesas y “disposiciones para cumplimiento inmediato”, lo que jamás se produce. Así, entre gobiernos y dirigencias existe una especie de convenio para “prometer y no cumplir”. Cada gobierno y cada nueva directiva sindical recibe demandas para que, “en el menor plazo, informen algo al respecto” y todos, al unísono, parece que se ríen de la ley y de las promesas.
La verdad es que, si se levantara una auditoría de lo recaudado y gastado, el único resultado sería: “Se ha “perdido”, el anterior ministro sabía, antiguos dirigentes también. El gobierno dispondrá lo que se debe hacer”. Y así, van y vienen promesas que nunca se cumplen. ¿Qué pasa con quienes han gobernado y lo hacen actualmente –conjuntamente los dirigentes sindicales– que nadie sabe nada de lo mucho que pasa? ¿O se trata de muchos millones de dólares que nadie sabe cómo recontar y ni bancos que reciban como depósito y no querrían deshacerse de semejante fortuna?
Sería bueno que el actual gobierno, a cargo del Lic. Luis Arce, disponga alguna medida para conocer lo que no debe estar en las arcas de lo imposible, de lo difícil que es saber verdades. El caso de cuotas sindicales y su rendición de cuentas es de vieja data y no puede demorar más tiempo saber qué pasó con todo ello. Algún día se debe conocer verdades que muchos exministros y exdirigentes sindicales conocen, pero callan.
Control a organizaciones sindicales, conforme a ley
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