Todo lo que toca la gente en sus charlas usuales –o sea los temas de la vida diaria– resulta ser tan amplio que es imposible cuantificar o siquiera suponer y, por el contrario, bien se puede exclamar: “de qué no se ocupa de comentar y hablar cada día Juan pueblo, si no es prácticamente de todo”. Suelen decir que es una de sus peculiaridades, entre otras. Sobre la enunciación de “temas de la vida diaria”, lo tomo del nombre de un programa radial del cual soy creador, al igual que “El ojo radiofónico”, “Metropolicial”, “Coloquios de fin de semana”, “Diálogos en Panamericana”, “Caminando por los senderos de la reflexión”, entre otros, porque justamente es para tocar cualquier tópico o temática que se halla vigente en la sociedad.
Por ejemplo, al pasar casi a diario en el transporte público por el viaducto San Francisco, los pasajeros se percatan y comentan sobre las casetas usualmente vacías, aunque no todas, en los pasillos peatonales de dicho túnel. Al parecer no existe interés de la autoridad edil y beneficiarios de éstas para solucionar tal dejadez, cuando bien pueden ser ocupadas todas para una serie de actividades que podrían generar ingresos; ¿se carece de planificación en la comuna?, se preguntan. Algo similar ocurre con el mercado Lanza, cuyas casetas, en un gran número, están cerradas todo el año. Al margen de ello, varios sitios quedaron convertidos en virtuales urinarios públicos, originando malos olores. Cuando se entregó esa obra las autoridades dijeron “ya no habrá en las vías públicas aledañas, comerciantes, gremiales, o vendedores ambulantes, ya que el nuevo centro tiene la capacidad de absorber a todos ellos”, pero sucede lo contrario: hoy se tiene un mercado semivacío y calles atestadas de mercaderes.
También se habla mucho sobre promesas en torno a que las líneas de telefonía fija volverían a recobrar el precio con el cual se las adquirió, vale decir arriba de 1.500 dólares. En la actualidad no valen ni la tercera parte. Los socios de Cotel conversan en las vías contiguas a la cooperativa y expresan su descontento y desesperanza debido a la decadente situación en que se halla esta institución: “jamás volveremos a ver la inversión que hicimos”, lamentan. Entretanto, otros platican respecto a los slogans que emplean las administraciones municipales y recuerdan: la anterior acuñó su frase “ahora sí tenemos barrios de verdad”, lo que dejó en claro que antes se vivía en “barrios de mentira”; y la actual apostó por “ciudad en movimiento” –aunque La Paz siempre está en un “movimiento” continuo– y ello lo enfatiza en su propaganda –dicen– porque quizás ya tiene la fórmula “mágica” de solución al eterno problema del congestionamiento merced al enorme parque automotor y el considerable número de gremiales que copan las vías públicas, lo que nos tiene desde hace rato “sin movimiento”, vale decir, al parecer en una perenne “inmovilización”.
Son pues, temas de la vida diaria. Otros, en la próxima entrega.
Temas de la vida diaria
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