martes, julio 23, 2024
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Crisis universitaria: ¿Hasta cuándo?

“La valentía no debería tener cara de hereje”, es una frase que se me viene a la cabeza para referirme a lo que actualmente está pasando con la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), porque hace unos días un grupo de estudiantes universitarios tomó el monoblock de la universidad pública paceña.
La crisis que pasa el sistema universitario a nivel de todo el país, ha repercutido profundamente en la UMSA, donde se sigue persistiendo con la dirigencia veterana del máximo dirigente de la Federación Universitaria Local (FUL), con extraño proteccionismo en el interior de la universidad.
Lo cierto es que las autoridades universitarias, y menos el rector, no han hecho algo para subsanar hechos vergonzosos que se ha ido conociendo por la opinión pública, acerca de los dirigentes dinosaurios y su convivencia con autoridades universitarias.
Ya se ha dicho mucho, con bastante razón, sobre el proteccionismo y la convivencia, que es cuando existe una confraternidad de intereses particulares, entre los llamados dirigentes dinosaurios y los que ganan el rectorado en la universidad, porque son recíprocos los apoyos, tal como se puede comprobar con todos los hechos críticos que se han ido sucediendo en nuestra realidad boliviana.
Los llamados dinosaurios son aquellos matriculados que mantienen un status de estudiantes con una exagerada permanencia en la universidad. Son aquellos que se aferran al cargo que ostentan, para aprovecharse de condiciones favorables, que la dirigencia estudiantil puede dar, tal es el caso del aprehendido exdirigente de la Confederación Universitaria Boliviana (CUB).
Haciendo un análisis, fácilmente se podría concluir que la autonomía ha ido perdiendo esa su condición, ya hace mucho tiempo, y así fue porque los valores universitarios con las que fue creada se fueron perdiendo, precisamente por los voraces intereses personales y partidarios, en donde descansa el poder de los que conviven en el interior de la universidad, los cuales terminaron por destruir el verdadero cogobierno docente estudiantil.
Por cierto, valdría la pena reflexionar sobre lo que estamos haciendo con nuestra casa superior de estudios, pues los niveles académicos de calidad muestran una pereza abismal, ni siquiera se sabe de su existencia en rankings de las mejores universidades internacionales, según estudios externos.
Entonces no hay por qué asustarse, cuando surgen alentadas voces rebeldes contra los que protegen ciertas incongruencias autonómicas, por este manejo de la dirigencia universitaria que ocurre dentro de la universidad. Más bien pienso que puede ser un buen presagio para generar un nuevo movimiento universitario, el cual se perdió. Añoro esos tiempos cuando ingresé a la universidad, hace muchos años, cuando podía ver a verdaderos dirigentes universitarios, cuando pesaba el debate de las ideas, precisamente en cabildos, en el atrio y los pabellones de la UMSA.
Para concluir, hace falta esclarecer muchísimos aspectos que todavía quedan en la nebulosa universitaria y su autonomía, como denuncias sobre injerencia política y erradas administraciones, que hacen daño a la autonomía universitaria y al despegue académico. Y la reciente movilización estudiantil, que ocurrió en el monoblock contra esta gestión rectoral, puede ser el reinicio para generar nuevamente un movimiento universitario, tal como ocurría precisamente en esta universidad, hace unas décadas.

El autor es Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social.

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