Líderes y lideresas indígenas de la Cuenca Amazónica de seis países de la región se reúnen en Manaos, Brasil para compartir las amenazas y desafíos en cuanto a defensa de sus territorios y sus Derechos Humanos. Coincidieron que los gobiernos, independiente de su línea ideológica y corriente política, vulneran de manera sistemática sus derechos y avanzan en sus territorios con proyectos extractivistas.
Así lo hizo conocer a Brújula Digital, Álex Villca, cofundador y portavoz de la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap), en un contacto desde Manaos, donde viajó hace poco más de una semana para participar de la Tercera Escuela de Derechos Humanos de la Red Eclesial Panamazónica (Repam).
El líder indígena expuso la insistencia del Gobierno del MAS por concretar la megarepresa Chepete- Bala en el norte amazónico del departamento de La Paz a pesar del rechazo de los pueblos indígenas, por los impactos socioambientales que generaría.
“Estos megaproyectos están asociados con actividades extractivistas como es el caso de la minería, la extracción del oro, que se ha disparado en los últimos años y que viene avanzando sobre los territorios indígenas y áreas protegidas, como es el caso del Madidi y en el Pilón Lajas, avanzando sobre nuevas cuencas hidrográficas que no estaban destinadas a la extracción de minerales como es el caso del río Tuichi, Quiquibey”, señaló.
Villca dijo que estos proyectos se han convertido en la punta de lanza de los gobiernos de turno para avanzar en el despojo de los territorios indígenas y el saqueo de sus recursos naturales.
“Ha sido tan importante conocer de otros países su realidad, que tienen bastantes similitudes con nuestra realidad boliviana y cómo los distintos gobiernos que vengan de derecha, izquierda o centro llevan la misma intención de ingresar a estos espacios violentando los derechos de los pueblos indígenas y la naturaleza y cooptando organizaciones matrices que ya no gozan de legitimidad”, afirmó.
La coordinadora del curso, Lily Calderón, señaló que “ante la situación apremiante de las comunidades amazónicas y del planeta, se cree que las Escuelas de la Promoción, la Defensa y la Exigibilidad de los Derechos Humanos es una opción posible y viable que se tiene si se quiere revertir la situación adversa y dolorosa para las comunidades”.
Durante la primera semana del curso se pudo escuchar y conectar con los procesos de lucha de los defensores de los territorios y los DDHH de Brasil, Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú, Venezuela y de las representantes de la Triple Frontera, quienes han tenido la oportunidad de contextualizar y compartir la realidad de su territorio e identificar los principales problemas que agravan la situación de desigualdad y crisis en la panamazonía.
Desde los proyectos de gran interés que pretende convertir a Bolivia en el corazón energético del mundo, hasta los pequeños extractivistas que pasan desapercibidos, hasta las fronteras libres de impunidad, han demostrado que los pueblos están solos. “Con el Covid 19 nos han encerrado pero el extractivismo ha tenido libre circulación”, dijeron los participantes.
El mundo se ha organizado de tal manera que la Amazonía está siendo acorralada por diferentes frentes: hidrocarburos, represas, concesiones madereras, proyectos de hidrovías, minería ilegal, oleoductos petroleros, entre otras amenazas.
El Núcleo de la Triple Frontera expuso una realidad dura: el tráfico sexual de niños y niñas, un problema que ha sido evadido por los Estados de Perú, Colombia y Brasil. Ante la falta de oportunidad y la ausencia de las autoridades, los más vulnerables y de fácil acceso, resultaron ser son los niños y niñas. “No son hombres ni mujeres, son crianzas los que están siendo asesinados ante el silencio imperante”, comentaron las lideresas. (Brújula Digital)