viernes, noviembre 15, 2024
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La oposición “light” boliviana

El filósofo surcoreano Byung Chul Han describe a la sociedad occidental como “lisa”, es decir, sin dar paso a lo imperfecto, a las ranuras propias de una sociedad en movimiento. El filósofo en cuestión ponía como ejemplo a la ex canciller alemana Ángela Merkel, quien, durante todos los años que fungió como canciller, jamás se la jugó por algo; simplemente se acomodaba a los pedidos populares para así quedar bien con todos.
La política boliviana no está ajena a la cultura pasiva y lisa que se ha impuesto en la sociedad occidental. Es en este sentido que tenemos –por más de 20 años– a una oposición política lisa y simplona que por nada se la juega y baila con todos; define su agenda según las coyunturas emergentes, tratando de salvar primero su imagen ante la opinión pública, pues más les interesa a los opositores tener una imagen pulcra que ensuciarse en lo imperfecto de la política activa.
En este contexto, resulta casi imposible que a corto plazo emerja una alternativa viable para hacer frente al MAS en las urnas, puesto que no existe una visión política real que contraste con el populismo progresista y abusivo del “masismo”. Urge, por lo tanto, contrastar la visión absolutista del MAS con una opción liberal que tenga apego al Estado de Derecho. Observando detenidamente el desenvolvimiento económico de la sociedad boliviana es fácil encontrar que, una buena parte de la misma se desenvuelve, sin saberlo, bajo lineamientos liberales. El liberalismo económico podrá haber sido eliminado de las políticas públicas, pero en la economía sencilla de las familias y en la cultura del emprendimiento, campea de manera casi absoluta.
Con esta base vivencial económica y social, resultaría más que sencillo presentar una alternativa liberal viable para contrarrestar de manera efectiva las ideas absolutistas del actual partido de gobierno. Lastimosamente, la cultura política lisa y simplona de la oposición en nuestro país no da la talla para ello, pues tiene serías falencias ideológicas, intelectuales y éticas.
Los liderazgos emergentes son meramente coyunturales y sin alma. Los políticos opositores no quieren salir del marco de “política lisa”, por ende, no se atreven a alzar su voz por temor a desentonar dentro de una sociedad que desaprueba y se indigna con toda postura que desestabilice el equilibrio social imaginario en el que vivimos. La construcción de una sociedad lisa y sin alma es el resultado de más de dos décadas de maquillajes sociales, bajo la falsa premisa de igualdad y del bien común. En esta simplicidad ideológica, el MAS supo hacerse del monopolio político. Por increíble que parezca, la oposición busca hacerse de espacios dentro de este marco, lo cual resulta extremadamente ingenuo y tonto.
Para abrir un espacio dentro del monopolio político del MAS, es necesario mostrar de manera clara las brechas e imperfecciones hábilmente maquilladas por el “masismo”, pero para ello, no basta con tuitear palabras bonitas o dar discursos llenos de retóricas, pero vacíos de ideas. Urge una oposición liberal coherente, que hable sin tapujos y nos devuelva la esperanza país.

Marcelo Miranda Loayza, Teólogo y Bloguero.

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