jueves, septiembre 26, 2024
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Modelo de Desarrollo Cruceño

Factores y valores que explican su éxito

He tenido la suerte de recibir un ejemplar del libro Modelo de Desarrollo Cruceño. El mismo que hace un análisis profundo de las condiciones que primaron para que su desarrollo haya sido tan fulgurante y en tan poco tiempo lo conviertan en el departamento central de Bolivia.

El libro es una creación y publicación del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz (SEGHSC). Su presentación está a cargo del Ing. Demetrio Soruco Henicke, Presidente del IBCE y su  Prólogo lo realiza el Gral. Herland Vihestrox H., Presidente de SEGHSC.

Consta de 5 Capítulos, el primero, titulado: De la Aldea Inhóspita y Alejada, a la Metrópoli Dinámica e Interconectada, escrito por Carlos Barbery Alpire. El segundo, El Alma Cruceña, escrito por Oscar Soruco (alias Tumpa). El tercero, Hacia una definición del Espíritu Cruceño, escrito por Gary Rodríguez Álvarez. El cuarto, Bases Económicas del Desarrollo Cruceño, escrito por Pablo Mendieta Ossio. Y, el quinto es un capítulo de Conclusiones.

El  libro está dedicado “A toda persona que teniendo el espíritu cruceño ama a Santa Cruz”.

El primer capítulo pondera mucho la historia económica de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, la cual es señera del desarrollo del departamento, particularmente en los últimos 50 años. Sobresale en la historia la importancia de los conquistadores, particularmente de Ñuflo Chávez,  que es el fundador de la ciudad el 26 de febrero de 1561, ciudad que después de algunos traslados se estableció definitivamente en Punta de San Bartolomé, a las orillas del río Piraí.

Las primeras actividades económicas de la zona fueron: la pesca abundante, la gran variedad de frutos, el algodón y, principalmente, la caña de azúcar.

Otros datos importantes que son reportados en este capítulo son las 9 Misiones realizadas por sacerdotes de la Compañía de Jesús entre 1691 y 1760. Construcciones admiradas hasta el presente por su rica arquitectura tropical y sus ricos materiales, todos obtenidos en los lugares de sus construcciones. Mención aparte merece el cultivo que dichos sacerdotes hicieron de los talentos musicales de los lugareños, cuya heredad se gusta hasta nuestros días.

Una comparación interesante que se realiza es el hecho de que los pueblos occidentales del país se empecinaban y seguramente lo siguen haciendo, en realizar su vinculación con Europa por el océano Pacífico, dando el paso al Atlántico por el alejado y dificultoso Estrecho de Magallanes, en vez de hacerlo más directamente por el río Paraguay. Hecho que habría significado a la fecha contar con una gran infraestructura, beneficiando a Santa Cruz y, por ende, a Bolivia.

Dos comparaciones interesantes que realiza el autor del capítulo para apreciar el desarrollo del departamento son: el primero, respecto al censo poblacional realizado en 1654, a 93 años de la fundación de Santa Cruz de la Sierra, apenas sobrepasaba los 10.000 habitantes, actualmente la población cruceña alcanzó a 3.370.000, según datos de 2020. La segunda comparación es respecto al comercio exterior, comparación más próxima, las exportaciones departamentales de Santa Cruz en 1990 apenas alcanzaban al 12% del total exportado por el país y a 2020 llegan al 49.55%.

El autor del capítulo, H. Barbery, fue coordinador de la “Mesa de Economía Santa Cruz 2061”, con la presencia de celebridades del departamento. En ella fueron determinados ocho sectores económicos para trabajarlos y promoverlos. Entre los más importantes de éstos podemos citar a: Desarrollo Productivo, impulso a la biotecnología y ampliación de la frontera agrícola y el turismo; Planificación Urbana, parques industriales, aeropuerto céntrico, ciudades dormitorio; Bachillerato técnico bilingüe; Atención médica y creación de hábitos de salud.

A modo de conclusiones, el capítulo presenta cinco aspectos centrales como impulsores del desarrollo de Santa Cruz: La inmensa riqueza natural concentrada en su territorio. Las migraciones, del interior del país y del extranjero, que aportaron tecnología y generaron comercio. Los recursos provenientes de la explotación del petróleo. La eficiente organización de la institucionalidad. La vertebración caminera-ferroviaria interna y con el exterior, realizada por gobiernos nacionales.

El Capítulo II fue escrito por Oscar Soruco L., alias Tumpa (en homenaje al cacique rebelde chiriguano). Articulista radial de origen brasileño arraigado en Santa Cruz desde los años 90, resalta el alma instituyente del cruceño, que no necesita de riquezas para sentar su presencia. Destaca que el alma está en las costumbres del pueblo y está enriquecida con lo mejor de su historia.

El alma cruceña, de acuerdo con los conocimientos filosóficos de Tumpa, se puede evidenciar tanto en el individuo como en la sociedad con la influencia de los principios y hechos históricos que demuestran virtudes esenciales para los tiempos críticos. El progreso de Santa Cruz está explicado por el desarrollo de su alma instituyente.

Señala que el alma cruceña arranca desde que Ñuflo Chávez aborda el barco que lo trajo a América. Su búsqueda de la tierra prometida le permitió mover grandes caravanas y gobernar con sentido, inteligencia y justicia. Sus principios resultan muy importantes para la época y perduran hasta el presente. Es de hacer notar uno de ellos, que demuestra su sensibilidad y sabiduría; “a los indios y mestizos tratarlos con las leyes para todos”.

Los abundantes conocimientos de los clásicos griegos permiten al autor razonamientos profundos sobre la riqueza del alma y el comportamiento humano. Cita a Anaxímedes para resaltar la esencia del alma cruceña, que está en la vida misma, porque sin ella el cuerpo simplemente se desintegra.

No ve positivo que el alma cruceña esté entre en la ausencia y comodidad, por el peligro que ello significa, y ve su capacidad productiva en los 460 años de existencia, que le permiten convivir con otras culturas, pero generando la suya propia para no caer en la inautenticidad.

Tiene un apartado que se titula “Primeras teorías del Alma”, donde examina los pensamientos de filósofos griegos como Aristóteles, Descartes, de alemanes como Schiller o danés como Kierkegaard, así como examina los pensamientos de San Agustín y de otros varios para definir el alma como sustancia intelectiva, totalmente inmaterial; así como sentencia que “la costumbre es el ejercicio permanente del alma del pueblo”.

 

Edgar D. Ergueta Avila, Consultor Internacional.

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