jueves, septiembre 26, 2024
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El metal del diablo, delicia de “jucus”

 

El antiguo sistema de robo de estaño y otros minerales en las minas nacionalizadas se ha ido incrementando en años recientes y ha alcanzado niveles preocupantes por el daño que significa para el sector estatal.

Pero el delito no solo ha crecido en cantidad, sino que los ladrones de minerales, llamados “jucus”, han aumentado también en cantidad, así como sus procedimientos para apoderarse de estaño y, al mismo tiempo, actuar de manera organizada, en algunos casos con armas. Para agravar ese estado de cosas, las medidas adoptadas han dado resultado” muy bajos, ya que los delincuentes cuentan hasta con la colaboración de “militares”.

El problema ha crecido, pese a que la empresa estatal y las autoridades han organizado controles y aumentado las sanciones a quienes fuesen descubiertos en la práctica del delito. Se calcula en varios cientos las toneladas del metal robado, para su venta clandestina a rescatadores que también forman parte del “negocio”.

El robo de minerales es practicado desde hace tiempo y las medidas aplicadas han dado resultados poco optimistas, al extremo de que el problema se amplía cada vez más, resultado lógico debido a que no se lo ataca en sus raíces, sino solamente en la forma y, por tanto, se corre el peligro de que alcance ramificaciones de diverso tipo. Entre otros, la muerte de personas que ingresan a los socavones, en cuyos callejones laberínticos se pierden o bien ingresan a parajes con aires asfixiantes, para nunca salir.

En realidad, el problema de los ladrones de metal se encuentra fuera de las minas y se origina en el desempleo que se ha originado en el medio rural, donde los campesinos no tienen ganancia con la agricultura y se ven obligados a migrar a las ciudades, donde tienen facilidades para sobrevivir y mejorar su nivel de vida. La solución para la cuestión de los “jucus” depende, en gran medida, de que sea resuelto el problema de la tierra, es decir, si los campesinos vuelven al trabajo del arado para obtener ganancias con su producción, en forma automática llegará el fin del robo del metal del diablo.

El “juqueo” se ha convertido en un problema nacional, con raíces en las cotizaciones del estaño en el mercado internacional, el abandono de la agricultura, la falta de trabajo en las ciudades, las dificultades para viajar al exterior, donde hay fuentes de trabajo y otros. Se trata, pues, de buscar solución integral al asunto, so pena de que el problema siga creciendo como bola de nieve que rueda desde la cumbre.

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