Totalitarismos y dictaduras aliados del letal narcotráfico

Hace mucho tiempo, ante la presencia inicial del coronavirus, preocupación y angustia se apoderaron de la población; se desencadenaron campañas preventivas pero no lo contundentes que el caso exigía; pero, el mal, y diseminado, había cobrado miles de vidas. Alarmada la población mundial, por la presencia de esta “nueva” enfermedad añadida al narcotráfico debe ser el acicate para que población y gobiernos combatan ambos males conjuntamente, los unos con cuidados y prevenciones que no siempre alcanzaron a cubrir todos los casos y son los renuentes que dejaron una especie de lastre para que el mal siga expansivo y, los otros, desplieguen toda la fuerza necesaria para combatirlo. Estos extremos, de una u otra forma, adquieren alianza muy estrecha para causar miles de víctimas en todo el mundo.
Hace pocos días, la Organización Mundial de la Salud lanzó el alerta para que se tome conocimiento del mal y se inicien campañas para retomar lo efectivo de anteriores campañas. La población, ya consciente de las realidades vividas, aceptó los retos y vive enfrascada en una batalla que es justo esperar sea la definitiva para desterrar al coronavirus en una lucha frontal que, conjuntamente al narcotráfico, debe producirse.
Sin embargo de lo que se haga, poco o nada se toma en cuenta que el narcotráfico, en todas sus etapas, cuenta con aliados muy serios y poderosos: dictaduras y totalitarismos, asentados prácticamente en todas las actividades y que crecen imparablemente porque, los poderes con que cuentan son políticos, económicos, de infraestructura y concomitancia con importantes actividades de toda laya en la vida de la nación. Ante semejante cuadro de poder, la institucionalidad nacional queda debilitada y carece de fuerzas y medios para contrarrestar cualquier acción que se despliegue contra todo bien que se instaure en el país. Para las dictaduras que manejan discrecionalmente la vida de una nación, es importante toda labor desplegada por el inmenso poder de las drogas; igualmente, los regímenes totalitarios (tiranías, regímenes despóticos y desgobiernos que actúan utilizando toda forma criminal para imponerse en la vida de una nación) avasallan -–(invaden con toda contundencia un país y convierten en esclavos o siervos a toda su población y los explotan mediante amenazas y acción de fuerzas especialmente contratadas)— a sus habitantes despojándolos de todos sus derechos, sometiéndolos a reglas y exigencias imposibles de ignorar so pena de sufrir represalias muy fuertes en lo personal o familiar.
Son los regímenes totalitarios y las dictaduras implantados en varias naciones del tercer y cuarto mundo, que no pueden sustraerse de las acciones criminales y represivas que se utiliza para ser sometidos, Son desgobiernos que actúan anulando toda forma de Derecho o legalidad para que su accionar parezca o se muestre ante el pueblo y ante la comunidad internacional regido conforme al Derecho (vigencia de la Constitución y las leyes).
Las dictaduras y tiranías que hubo en el pasado y que algunas están vigentes ahora, apoyan decididamente al narcotráfico porque es el vil negocio que los ayuda a blanquear el dinero que por venta de las drogas reciben en cantidades alarmantes y que la banca ya no soporta recibir por temor a caer en las prohibiciones dispuestas por las leyes; esto implica, pues, que todo negocio que provenga del cultivo de coca, amapola, marihuana y otras plantas alucinógenas, más la fabricación y comercialización de drogas sean apoyadas por quienes son dueños de grandes instalaciones industriales que, directamente o no, mantienen vínculos en toda actividad delictiva a objeto de que sus negocios no disminuyan y se mantengan vigentes en los mercados.