¿Hacer más en menos tiempo? Acierto con su definición. Veamos: “Capacidad de producción por unidad de trabajo, superficie de tierra cultivada”; no me agrada mucho para a lo quiero llegar. Indaguemos un poco más.
Si le adiciono la palabra laboral, es decir Productividad laboral, ya me siento mejor: “Es la relación entre el trabajo desempeñado o los bienes producidos por una persona en su trabajo, así como los recursos que éste ha utilizado para obtener dicha producción”, aunque la problemática es que esta definición va dirigida a la producción de bienes y, por ende, a un conjunto de empresas según su naturaleza.
Pero en el mundo académico no producimos objetos, como decía en una ocasión un excompañero, “la institución no produce teléfonos”.
El estudiante no es una pieza que se arma, es un individuo que se “alimenta” gradualmente de conocimientos, aprendizajes, de valores, como parte de un proceso que por etapas va demostrando sus logros y aciertos, pero también sus errores, los cuales han de ir siendo enmendados con la guía de padres y docentes.
Queda claro que es tangible un número de variantes que nos denotan productividad en el campo de la Educación, de los cuales muestro algunos.
• Número de graduados. Distinguiendo ciertos parámetros en escalas de excelente, muy buenos, SUMA CUM LAUDE, CUM LAUDE, etc.
• Graduados que se inserta en el mundo laboral acorde al título alcanzado.
• Seguimiento a los graduados en cuanto a su crecimiento profesional.
• Calidad de la educación en cuanto a resultados emitidos por instituciones internacionales especializadas (1).
• Durabilidad de las cohortes (2).
• Otros.
Si hay algunos aspectos comunes –en otros difieren o han de ser necesarios en ambos– que favorecen la productividad empresarial con la educacional, son los siguientes:
EMPRESA
• Clima laboral
• Motivación laboral
• Equipamiento y recursos
• Entorno
• Liderazgo
• Diseño de los productos o servicios
• Estabilidad de los diseños
• Calidad de las materias primas
• Calidad y estado de la maquinaria
ESCUELA
• Clima laboral
• Motivación
• Equipamiento y recursos
• Calidad de los recursos
• Entorno
• Liderazgo
• Estabilidad laboral
• Políticas de estimulación al personal
• Personal altamente capacitado (profesorado y administrativo)
• Desarrollar un buen sistema de comunicación.
• Atención prioritaria al profesorado considerándolo como el eslabón fundamental de la educación.
• Considerar la formación en valores como pilar prioritario.
Recordemos que nuestros educandos no se producen en serie, no. Son individuos racionales, donde no todos avanzan con la misma velocidad, pero forman parte de nuestra responsabilidad –como educadores–, eso sí, debemos incentivarlos, exigirles, porque, aunque sea más tarde que temprano, seremos testigos de sus graduaciones, ya que les pedirán que los acompañen o recibiremos vía chat manifestaciones de agradecimiento.
Que cuando esto se logra, los resultados se revertirán en beneficio de la propia institución: prestigio, reconocimiento nacional e internacional, empoderamiento de su personal, de estudiantes y padres de familia.
Notas
(1) Tenemos a modo de ejemplo el llamado Informe PISA (Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), estudio llevado a cabo por la OCDE a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura.
(2) Grupo de estudiantes que trabajan juntos a través de un currículum para conseguir el mismo grado académico en un período de tiempo determinado.
El autor es Licenciado en Ciencias Pedagógicas.