Tenía que ser en el US Open, el torneo que ella más ansiaba ganar. El torneo en el que levantó por primera vez un trofeo “grande”, en 1999, con apenas 17 años y cuando llevaba solo dos temporadas como profesional. En el que siempre jugó de local y que conquistó en seis oportunidades. Tenía que ser el US Open el certamen en el que Serena Williams escribió el último capítulo de una carrera extraordinaria y le dijo adiós a un deporte al que le dedicó toda su vida.
“Empezó la cuenta regresiva”, había avisado hace algunas semanas. Y la cuenta regresiva llegó el pasado viernes, cuando la estadounidense, hoy 605ª del ranking, cayó ante la australiana Ajla Tomljanovic y se despidió de Flushing Meadows, en medio de una ovación, por última vez.
A menos de un mes de cumplir los 41 años, Williams se retiró y marcó el final de una era, en la que revolucionó el tenis femenino con un juego tan potente como el de algunos hombres, un poderío físico muy superior al de sus colegas, una mentalidad competitiva al extremo y una ambición enorme.
Resumir todos sus logros en pocas líneas no es tarea fácil. Ejerció durante casi dos décadas un dominio arrollador en el circuito WTA. Se cansó de avasallar rivales y de romper récords. Conquistó 73 títulos de singles, 23 de ellos, en Grand Slams. Gritó campeona siete veces en el Australian Open y otras tantas en Wimbledon, seis en el US Open y tres en Roland Garros. Es la máxima ganadora en la Era Abierta de los “grandes” oceánico y estadounidense, en este último junto a Chris Evert.
A nivel deportivo, su única cuenta pendiente fue igualar el récord absoluto -tanto en mujeres como en hombres- de 24 coronaciones en Grand Slam de la australiana Margaret Court.
Williams será considerada siempre una de las mejores -si no, la mejor- jugadora de tenis de todos los tiempos. Una competidora voraz y ambiciosa, que marcó un antes y un después en el circuito femenino y se convirtió en una de las más grandes deportistas de la historia. Una verdadera leyenda.
“Sin Venus, Serena nunca habría existido”, dijo Williams entre lágrimas, antes de dejar abierta una pequeña posibilidad de replantearse su adiós al tenis.
73 trofeos Conquistó 73 trofeos en su carrera, entre ellos 23 ‘grandes’, siete Wimbledon, siete Abiertos de Australia, seis Abiertos de Estados Unidos y tres Roland Garros.
Clarín