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¿Vivimos en democracia?

El próximo 15 de septiembre se conmemora el “Día Internacional de la Democracia”, declarado por las Naciones Unidas en el año 2000. Todavía en muchas sociedades del mundo se anhela vivir en democracia, pues regímenes autoritarios someten a muchos pueblos al despotismo.
La democracia, que es un invento de los griegos en la polis ateniense 300 años antes de Cristo, es una parte de la cultura de occidente y se ha expandido a casi todo el mundo. Si bien se creó como una forma de gobierno (el gobierno del pueblo, del griego demos: pueblo y cratos: poder), sostenemos que hoy es una forma de vida individual y colectiva.
La democracia resulta un valor importante en la organización y administración del Estado, en procura de vivir en una sociedad de libertades, en la que los derechos fundamentales de los ciudadanos sean respetados, en procura de alcanzar condiciones de buena calidad de vida, frente a los regímenes despóticos de gobernantes autoritarios que han sometido a sus pueblos, restándoles precisamente sus libertades. Y en nuestra América Latina tenemos varios regímenes dictatoriales que han empobrecido a sus países, hasta niveles de casi hambre colectivo.
Casi todas las dictaduras fueron establecidas por el voto ciudadano, que es uno de los principios del sistema democrático, pues el pueblo creyó en el discurso de gobernar para el pueblo, para luego de establecerse en el poder político, mudar a feroces dictaduras, sostenidas por la fuerza de los aparatos represivos del Estado.
La Carta Democrática Interamericana, aprobada en septiembre de 2001, en la Organización de Estados Americanos, en su Art. 1ro, dice: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla. La democracia es esencial para el desarrollo, social, político y económico de los pueblos de América”.
El sistema democrático está basado en el estado de derecho, que es la sujeción a las leyes por parte de gobernantes y gobernados; la participación constante de la ciudadanía en los asuntos públicos; el respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales; el constitucionalismo como fundamento jurídico de la vida en el Estado; la celebración de elecciones periódicas, libres y justas para la alternabilidad en el ejercicio del poder; la presencia de mayorías y minorías en el poder, con base en la representatividad de los ciudadanos en los órganos del Estado; la absoluta libertad de opinión y expresión.
Otros fundamentos de la democracia son la pluralidad de partidos políticos; una opinión pública libre de presiones; el derecho a la información y libertad irrestricta de prensa; el respeto a la propiedad privada y, fundamentalmente, la separación e independencia de los poderes u órganos del Estado, en especial del Órgano Judicial, pues sin una justicia independiente no puede haber democracia.
Todos los principios que hacen a la democracia, que además están constitucionalizados, deben ser obligatoriamente promovidos y respetados, por los gobiernos y todas las instituciones en el Estado, para ser considerados regímenes de gobierno democráticos, por el contrario no lo son.
Si bien en los organismos internacionales han sido hechas declaraciones y normas para establecer los regímenes democráticos e incluso en algunos hay ciertas sanciones, en la realidad resultan solo declaraciones, pues estos regímenes esgrimen el argumento de la “no intervención en los asuntos internos de los Estados”, principio que estaba apuntado a frenar la intervención de potencias hegemónicas en países poco desarrollados. En asuntos de “derechos humanos” no hay tal intervención, más al contrario, estos regímenes despóticos deben ser condenados por los organismos internacionales.
El amable lector sacará sus conclusiones de lo arriba anotado, y podrá concluir si en nuestro país, vivimos los habitantes en un sistema democrático o en una “democradura”, que es una falsa democracia. El pueblo debe fortalecer su conciencia democrática, para preservarla en procura del bien común.

El autor ha escrito el libro: “La Democracia. Historia y Doctrina”. Editorial “GUM” 2019.

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