Los maestros escoltando a sus pupilos de educación regular; vivieron una jornada de trabajo académico intenso en el “Día plurinacional de lectura”. Así es, unidades educativas dedicaron un día a la lectura, alimentando el espíritu lector de los bolivianos; llevando satisfacción y realización personal a los mentores de la educación, que observaron a sus estudiantes de tierna edad, de cinco años, leer entusiastas, primero en silencio, en voz alta su libro preferido. Los niños y jóvenes salieron al frente de sus compañeros, sin miedo al error, a la equivocación, pronunciación y articulación correcta de palabras que parecen trabalenguas. Todas las maestras y maestros, sintieron en carne propia que sus estudiantes aprendieron a leer comprensivamente.
Comprobaron que en todos los espacios de aprendizaje: aula, patio, cancha, parque de la escuela o zona; los estudiantes leen vivencias reales e imaginarios, escritos en los libros de distintos colores, tamaños, volumen y contenidos. Los textos más buscados y preferidos por los lectores, fueron de literatura narrativa: cuentos, poemas, novelas, cómics, historietas, etc. Hemos observado después de varios años de enseñanza, a los estudiantes portar en su mochila libros variados, abrir y hojear voluntariamente su cuento, novela favorita para leer en voz alta y comentar a sus compañeros de curso.
Los que no tenían ese cúmulo de hojas denominado libro, acudieron presurosos a la biblioteca de la escuela, para encontrar textos empolvados en estantes, olvidados, con hojas amarillentas, que por muchos meses y años estaban encerrados, dejando a un lado el acompañamiento cultural a los amantes de la lectura. Textos de diversa índole que estaban durmiendo en los estantes, revivieron ante la mirada acuciosa, manos ágiles de los niños y jóvenes que escogen afanosos sus libros favoritos.
Esta actividad académica enseñó una vez más, que cuando se motiva adecuadamente, se establecen políticas educativas y fluyen iniciativas sanas para fomentar la lectura e inculcar cultura a las comunidades educativas; todos se lanzan a leer su libro de cuentos, novelas, poemas, cómics, trabalenguas, historietas, etc. Demostrando, que la lectura es fundamental para mejorar la expresión oral y escrita, haciendo que el lenguaje sea más fluido en la comunicación entre semejantes, acumular vocabulario pulcro con ortografía correcta, potenciar la capacidad de atención y concentración mental en cada persona. En fin, la lectura facilita la exposición de pensamientos propios, estimula y satisface la curiosidad intelectual y científica del lector, desarrolla su capacidad de análisis y crítica, permitiéndole conocer diversos lugares, personas, tradiciones y costumbres escritos en los libros de papel.
En consecuencia, una de las tareas fundamentales endilgadas a los profesores y directores de unidades educativas, autoridades de los institutos tecnológicos y universidades; es abrir nuevamente las puertas de las bibliotecas, emprender trabajo de lectura colectiva, no solamente el día de la lectura, sino todos los días, motivando a grupos de lectura, fomentando intercambio de bibliografía literaria, orquestando foros de debate-discusión escolar sobre temas leídos; porque el proceso de enseñar la lectura, es responsabilidad colectiva de la familia, escuela y comunidad. Luego se puede empezar con la sistematización o escritura de las experiencias de vida de los lectores, plasmándolo en “papiro”, con tinta de colores y sapiencia de investigador furtivo, que tanta falta hace al país.
El autor es pedagogo y escritor.