¿QUÉ ES EL DEBATE?
Es una forma de discusión formal y organizada que se caracteriza por enfrentar dos posiciones opuestas sobre un tema determinado. Al término del cual deberán alcanzar alguna especie de acuerdo o punto intermedio, gracias a la exposición organizada y pacífica de sus argumentos.
Como ya se señaló, el debate es el intercambio de opiniones críticas, que se lleva acabo frente a un público y con la dirección de un moderador para mantener el respeto y la objetividad entre ambas posturas. Por otro lado, cada postura debe exponer su tesis y sustentarla por medio de argumentos y contraargumentos sólidos y claros. Además, cada posición debe buscar el interés del público, buscando que este forme su opinión y, finalmente, contribuya de forma indirecta o no, en las conclusiones del debate.
Hay que entender el debate, sobre todo en su vertiente académica, como algo más que una mera discusión. Una definición acertada ofrece a su vez una visión más amplia que recoge algunas de las ventajas que puede aportar si se aplica adecuadamente, como la que ofrecen Rai o Bonwell y Eison. La primera entiende el debate como el proceso de considerar múltiples puntos de vista y alcanzar un juicio (Rai, 2011). Por lo tanto, el carácter de esta actividad no tiene por qué reducirse al simple combate o “destrucción” del contrincante, traducida en la victoria de uno sobre otro, sino que puede y debe ser, ante todo, constructivo. A la manera de los diálogos, no se trata tanto de que uno de los participantes gane, como de construir y asentar conocimiento de manera conjunta. La cuestión, pues, no tiene por qué cerrarse con una respuesta o conclusión definitiva, sino servir para comprobar cuán grande es el dominio que se posee sobre el tema, qué aspectos faltan por cubrir o mejorar, etc.
Se debe comprender que el debate exige una marcada y relevante importancia hoy en día para la formación de futuros líderes y emprendedores, o directamente de ciudadanos responsables e individuos competentes. Muchas de las culturas de antes incorporaban la exigencia mínima de la figura pública que fuera capaz de expresarse con claridad y competencia, y además sostener una conversación civilizada en la que defendiera sus puntos u opiniones con razones y argumentos en lugar de con gritos o falacias ad hominem.
En el medio académico, el debate es una herramienta pedagógica de utilidad cuando se busca desarrollar habilidades críticas, así como ampliar y facilitar la comprensión de un tema determinado. En el salón de clases, los debates suelen realizarse con frecuencia, aunque con características menos formales. Por ejemplo, el público, los participantes y el moderador no están siempre definidos; sin embargo, este género oral es una forma de alcanzar la participación activa de todos los integrantes del grupo, la cual no se obtiene con la exposición oral, por ejemplo. Además, el debate permite ver y contrastar posturas opuestas, ampliando así la perspectiva de los estudiantes.
Como ya mencionamos, el debate es una técnica usual en el salón de clases que se desarrolla de manera informal y que, muchas veces, no se identifica ni se nombra así. Sin embargo, este recurso podría explotarse más ampliamente porque fomenta el pensamiento crítico, así como el respeto y la tolerancia ante opiniones diferentes. Además, es una herramienta muy útil para transmitir conocimiento, de manera rápida y activa.
Objetivo
El objetivo del debate es contrastar los puntos de vista disponibles en un tema, a través de dos o más expositores, de manera seria, argumentada y frontal, de tal modo que quienes asistan al debate puedan recibir información pertinente y puedan hacerse una opinión propia, ya que permite expresar ideas y argumentarlas, y la forma de responder a ellas es la contraargumentación. En este sentido, las redes sociales son un buen ejemplo ya que permite poner en práctica esta técnica, teniendo siempre presente que es preferible un buen contraargumento a un insulto o descalificación sin sentido.