Autoridades y habitantes de una población cercana al epicentro del sismo que sacudió a parte de México en la víspera realizaban ayer un balance de daños y comenzaron a limpiar los escombros dejados tras el movimiento telúrico, que dejó dos muertos y decenas de viviendas deterioradas en varias zonas.
En Coalcomán, en el estado occidental Michoacán, pobladores retiraban plafones y ladrillos caídos ante la atenta mirada de efectivos militares que acordonaron algunas calles donde estaban los edificios más afectados por el terremoto magnitud de 7.7, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).
“Empezó a sacudirse bien feo y ya dije yo ‘está temblando bien feo’, y ya empecé yo a salirme para fuera y estaba invocando a nuestro pare (padre) Jesucristo para que se calmara eso”, relató desde el lugar Jesús Mendoza, uno de los habitantes de esa población de menos de 20,000 habitantes y situada a 47 kilómetros al sur-suroeste del epicentro.
Según dijo el secretario de Comunicaciones y Obras Públicas de Michoacán, al realizar un recorrido por la localidad, en Coalcomán hay 63 estructuras dañadas, pero los perjuicios no son graves.
Las únicas víctimas mortales hasta ahora se dieron en Colima, otro de los estados más perjudicados por el sismo, informó más temprano en la capital Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil. Un hombre y una mujer fallecieron al caerles encima un techo y un muro, respectivamente.
Según la funcionaria, en ese último territorio hubo nueve heridos, 173 viviendas, dos templos religiosos, siete unidades médicas y cinco puentes dañados, además de ocho derrumbes carreteros, mientras la Comisión Nacional del Agua evalúa la situación de la presa Trojes “por la presencia de grietas”.(Reuters).
Epicentro de sismo en México comienza a sanar sus heridas
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