La tan famosa noche de bodas, un encuentro ineludible de los recién casados y una cita en la cama que teje comienzos e historias. Como si de una tradición se tratará, esta reunión de enamorados es casi sagrada, pero son tantos los mitos que se tejen en torno a este hecho, que muchas aseveraciones pueden ser simples expectativas, la realidad de este encuentro a veces es muy distinta.
¿Cuáles son las expectativas?
Este primer encuentro sexual como recién casados es el único aprobado por la sociedad, tanto así que antiguamente los invitados llegaban a ser testigos de este hecho demasiado íntimo para la pareja. Las expectativas de los novios es que esa noche será única y especial, será el principio de la vida sexual como marido y mujer y que pase lo que pase todo será perfecto. Se trata de su noche más especial. ¿Pero realmente todo será así?
No a los mitos
Y es que tanto se habla de la noche de bodas que ya es una ruta establecida para todos, colocando una nube de presión sobre los recién casados, la búsqueda de la perfección puede terminan en un total desastre. De hecho para lograr un encuentro íntimo sin tensiones, la ruta segura es la espontaneidad y con mucha presión la pareja puede sentirse un poco confundida.
Dificultades de la presión
Y es que de tanta presión, los novios pueden bloquearse y volverse poco eficientes para este encuentro íntimo, como dicen los expertos en el tema, el sexo tiene que fluir con naturalidad y con tanta expectativa no todo será un lecho de rosas. Si tienen que hacerlo esa noche, será, pero siempre es mejor que no lo hagan por obligación.
Dormitorio nupcial
Pero al llegar al lecho de bodas es tanto el cansancio o la faena de la larga celebración del enlace, que muchas parejas prefieren primero dormir un poco, algo que no motiva al esperado desenlace de la famosa noche de bodas. De hecho el cuarto nupcial es más un enredo al llegar, quizá el cuerpo y la mente pueden actuar mejor al llegar la mañana, nadie está obligado a hacerlo esa misma noche y a que el dormitorio sea un espacio resplandeciente.
¿Y si esa noche no hay sexo?
Algunos temen que por no hacerlo en esa noche se pueda empezar de una manera negativa, dudas como ¿ya no le atraigo? ¿Qué sucede? Serán los fantasmas que pueden crear más de un problema conyugal. Sin embargo si se trata de parejas que ya han convivido antes y tienen cierto grado de rutina, esa noche puede ser simple, la pareja es dueña del momento y pueden usarlo a su conveniencia. Inclusive esa noche puede ser usada para una buena conversación o para desarrollar otras formas de complicidad al igual que el sexo.
Luna de miel
Una luna de miel muchas veces se vive mejor lejos de casa, alejados de la rutina y en destinos increíbles y es habitual que no todo el tiempo se mantengan en la habitación. Con tantas visitas y aventuras el cansancio será cosa de todos los días y evidentemente no todo se tratará de sexo, al fin y al cabo no pasa nada, tienen diferentes oportunidades para hacerlo, en cambio el tan anhelado viaje de luna de miel no va estar ahí para siempre.
La conclusión
Y al final solo podemos decir que ¡cada pareja viva su noche de bodas y su luna de miel como le venga en gana! La vida no es un cuento de hadas y las personas no tienen que estar regidas a lo que impone a sociedad, cada una de ellas conoce lo que mejor las hace dichosas y si solo se preocupan por contentar a los demás, podrían dejar de lado su felicidad. Cada unión es única y si son felices acostándose el día de su luna de miel ¡qué lo hagan! A su manera, su rimo y en el momento que lo crean conveniente.