Algunos importantes sectores de la producción tanto industrial como agrícola del país, encargados del abastecimiento de los mercados urbanos de consumo nacionales, han confirmado que sus actividades se han reducido, lo que, por tanto, afecta al nivel del Producto Interno Bruto (PIB), atribuyéndose sus causas a fenómenos climáticos, contrabando y la legislación agraria vigentes.
En cuanto a la cuestión industrial, se destaca el caso de la menor producción de cerveza, que afecta a una de las principales industrias del país y la declinación de algunos centros textiles. Por otra parte, la caída de la producción agrícola es visible en cuanto a lo que se refiere al trigo, quinua, verduras, frutas y carne, que son afectados por factores climáticos, como falta de lluvias, en algunas regiones, o exceso de calor e incendios, entre otros.
Mientras esa situación se enmarca en ciertos sectores, por otro lado, otras regiones muestran, al contrario, informaciones sobre el crecimiento de la producción y aumento de las áreas cultivadas, debido a la subida de los precios internacionales de exportación de productos tradicionales y aumento de consumo interno y externo de la hoja de coca para exportación, en especial a Argentina.
Un caso particular no ha dejado de preocupar, como es el de la cerveza, cuya producción cayó en un 20 por ciento, que es alto, cuyos responsables atribuyen a la competencia del contrabando y a factores internos, como inseguridad jurídica, la pandemia del covid-19, la dilatada cuarentena, los disturbios políticos y otros de este drama, cuya solución requiere voluntad política de todos los protagonistas.
En todo caso, se destaca que las posibilidades de aumento de producción y productividad en todas las ramas de la economía son promisorias y solamente hace falta conducir al país por el amplio camino de la democracia económica, que le espera con los brazos abiertos.