Precursores, medio para aumentar el contrabando

Organizaciones que sirven a los contrabandistas han sostenido: “Mientras no toquen los precursores…”. Declaración que revela que tienen éxitos asegurados y que facilitan el ingreso de cualquier mercadería debido al contrabando; prácticamente, este medio sería una especie de póliza de seguridad para que precursores de toda clase ingresen al país e igualmente gocen de facilidades de salida para inundar a otras naciones.
Contrabando y narcotráfico, conjuntamente corrupción de funcionarios, es la trilogía del crimen organizado en Bolivia. Y, por más esfuerzos que dicen haber hecho las autoridades para erradicar ese mal o, por lo menos, disminuirlo en cantidad, siempre tropezaron con dificultades y esto debido a que, para obviar problemas, habría intervenido la corrupción, que es aliada infalible del crimen. Así, resulta imposible cualquier intención para contener lo que tiene el apoyo de todo poder. De acuerdo con informaciones precisas: ingresar precursores al país implica ganancias seguras, retornar a sus sitios de procedencia redunda en que las utilidades sean mayores y, además, que haya aumento de participantes “con mucho poder” para incrementarlo.
Por otra parte, se informa que inclusive con los tratos con fabricantes y comercializadores “en grande”, si bien comprometen su concurso para combatir el contrabando, “las ganancias por el lado ilegal son mucho mayores”. Correspondería que policía, aduanas y servicios impositivos actúen con mayor energía y eficiencia en fronteras, inclusive para destruir todo lo ilegal.
Un medio –tal vez el único– para evitar el contrabando de precursores, sería que todo lo que se vende en el comercio sea patentado y fabricado en cada país consumidor; pero, surge la pregunta ¿quién arrienda buenas utilidades que en otra forma están aseguradas? El problema es grave y las autoridades tendrán que ver qué hacen para frenarlo o evitarlo.
Otra utopía significa la inversión en lo que cada país compra; es decir, fabrique sus equipos de línea blanca y, por el otro lado, todo lo referido a la electrónica, como televisores, aparatos y tantos otros. Para ello se requeriría una gran inversión y montaje de fábricas encargadas de producir y, por otro lado, asegurar un mercado de consumo capaz de absorber toda la producción, por lo que ambas medidas son, pues, fantasías, imposibles de llevar a la práctica.