miércoles, septiembre 18, 2024
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La calidad de la educación en Bolivia, en caída libre

Parte II

Otro estudio que levantó polvareda fue la: Medición de la calidad educativa en el municipio de La Paz. El mismo se realizó en unidades educativas públicas y privadas en los años 2014-2015 y se aplicaron pruebas PISA-OCDE y LLECE-Unesco. Interpretados los datos, 3 de cada 10 escolares están en un nivel más o menos aceptable y 7 están con déficit de aprendizaje.
La evaluación de la calidad educativa en Bolivia fue realizada por la Unesco y difundida por la prensa (27-12-20), el mismo, entrevista al coordinador del LLECE, quien señala que en la educación se ha mejorado en cobertura y condiciones, pero en aprendizajes se está “al debe”. Solo el 20 % tiene un nivel alto y el resto se encuentra entre los niveles I y II (Menor desempeño y mitad inferior, respectivamente). Y hay que expresar sin sutilezas ni eufemismos: el país no está ni bien, ni regular, está por debajo de la media regional en las pruebas de lectura, matemática y ciencias. Lo anterior es antes de la pandemia (Covid-19). Además, en agosto de 2020, se publicó el informe: La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19 (CEPAL-Unesco), en la que hace referencia a 33 países de América Latina y el Caribe, Bolivia no figura en ese informe. Pos pandemia el sistema educativo del país no tiene datos.
En la actual Constitución Política del Estado, el artículo 89 establece que la evaluación de la calidad educativa debe estar a cargo de una institución “independiente” del ministerio del ramo. Por su parte, la Ley 070 Siñani-Pérez en el artículo 83 señala que el Observatorio Plurinacional de la Calidad Educativa es una institución pública descentralizada. Ese artículo no es fiel a la Constitución.
El presidente del país al inaugurar un seminario sobre la calidad de la educación expresó: los estudiantes tienen deficiencias en matemática, en razonamiento lógico y llegan a la universidad con faltas de ortografía. Señaló un conjunto de falencias en la educación del país y que estos problemas no solo están en primaria o secundaria, sino también en la educación superior (universidades). Reconoció que el Observatorio de la Calidad Educativa debe ser parte de otra repartición para hacer una evaluación imparcial. Además, concluyó de forma precisa: “Algo estamos haciendo mal”. (1 de septiembre de 2022. Ministerio de Educación).
Un breve análisis con tres puntos al respecto: tuvieron que pasar 16 años para que este régimen, en palabras del primer mandatario, revelara una autocrítica sobre la educación boliviana. Lo cierto es que muchas cosas se está haciendo mal: 1) Lo primero que debemos reclamar es que el Ministerio de Educación con sus máximas autoridades en todos estos años hicieron oídos sordos sobre la necesidad de la evaluación de la calidad educativa mediante la prueba PISA. 2) ¿Por qué no asumir lo que dice la actual Constitución, de que el Observatorio de la Calidad Educativa sea independiente? Y 3) “Si algo se hace mal”, entonces quienes dirigen el sistema educativo no están a la altura de los cambios y transformaciones que vive el mundo y la sociedad.

El autor es cientista en educación y docente de la UMSA.

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