El real brasileño repuntó ayer cerca de un 4% frente al dólar y el Bovespa saltó más de 5%, impulsados por el resultado de las elecciones del domingo, que determinaron que Luiz Inácio Lula da Silva y el presidente Jair Bolsonaro disputarán un balotaje el 30 de octubre.
El Índice Bovespa (Ibovespa), donde se reúnen los principales papeles de la plaza paulista, subió el 5,5% a los 116.134 puntos, lo que representó su mayor suba diaria desde abril de 2020.
Por su parte, el real brasileño se fortaleció un 4%, a 5,1770 unidades por dólar, tras un resultado electoral que fue mucho más estrecho de lo previsto y propició una segunda ronda electoral entre el expresidente, Luis Inácio Lula Da Silva y el actual presidente Jair Bolsonaro.
La disparada del Ibovespa se debe a que el domingo el candidato Lula obtuvo una «ventaja más apretada de lo esperado» frente a Bolsonaro. Lula, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) se impuso por el 48 % contra el 43% de Bolsonaro, contra lo que decían las encuesta que proyectaron un triunfo de Lula con el 50%, dentro del margen de error que le permitiría ser electo en primera vuelta sin necesidad de balotaje.
A la par, la Bolsa mostró su «buen humor» en razón debido a que de la elección de parlamentarios surgió un Congreso con un «perfil más a la derecha», observó Valor.
Si bien la mayoría de las encuestas habían pronosticado que Lula vencería al actual presidente de extrema derecha, Jair Bolsonaro, por entre 10 y 15 puntos porcentuales, el recuento oficial mostró un margen de 5 puntos, lo que llevó a banqueros y analistas a predecir que Lula necesitaría moverse más hacia el centro antes de la segunda ronda del 30 de octubre.
Según señala Thierry Larose, gestor de Vontobel, “Lula ganará la segunda vuelta, ya que la probable transferencia de votos de Simone Tebet y Ciro Gomes (7,2% juntos) debería favorecerle. Bolsonaro necesitaría atraer más de seis millones de votos (de 8,5 millones) de esos candidatos para ganar. En nuestra opinión, eso suena poco probable dada la alta tasa de rechazo de Bolsonaro”.
Gustavo Cruz, estratega de RB Investimentos, dijo que la reñida contienda demostró que ninguno de los dos candidatos obtuvo un mandato para aplicar políticas radicales. «Sea quien sea el ganador, no tendrá un cheque en blanco del electorado», dijo.
El experto prevé que Lula gane las elecciones con una estrecha ventaja, pero advierte que la coordinación entre el gobierno y el congreso será complicada, por lo que sus políticas podrían encontrar dificultades para su puesta en práctica. “Para los mercados esto podría ser positivo, ya que será imposible que Lula revoque las reformas pro-mercado que se introdujeron desde la presidencia de Michel Temer, sobre todo el tope del gasto público”, añade.
Por su parte, los contratos de futuros de tasas de interés bajan considerablemente en las primeras operaciones, mientras que los futuros del índice bursátil Bovespa suben más de un 3%.
¿Qué puede pasar a la espera del ballotage?
Los expertos advierten que hasta que se elija al nuevo presidente o se conozca el equipo económico de Lula y Bolsonaro para el nuevo mandato, el real y los valores brasileños pueden mostrar intranquilidad. Además, el mercado se prepara para un deterioro del presupuesto fiscal en 2023, ya que tanto el presidente actual como el anterior abogan por una expansión del gasto el próximo año. “Aunque ambos candidatos se sitúan en extremos opuestos del espectro político, es probable que sigan políticas fiscales similares que favorezcan el populismo por encima de la tan necesaria reforma estructural”, indican los expertos de AXA IM.
«El próximo presidente se enfrentará a un Congreso muy fragmentado que impedirá tanto un cambio político radical hacia la izquierda en el caso de la victoria de Lula, y también las reformas estructurales necesarias para impulsar el crecimiento económico y garantizar la sostenibilidad fiscal”, avisan desde AXA IM.
A pesar de que el resultado más probable de las elecciones ya ha sido descontado en gran medida por los mercados antes de la votación, alertan los expertos de Ebury de que sigue existiendo incertidumbre en torno al real, “aunque quizás esta desventaja se ve compensada por las altas tasas de interés en Brasil”. (Ámbito)