Sin lugar a mucha duda el invitado de hoy en Cvltvral es uno de los escritores nacionales más destacados en el último tiempo. Ya con un consagrado libro de cuentos denominado “Nube”, ahora llega con su primera novela que ha tenido enorme aceptación y muchos comentarios a favor. En esta exclusiva conocemos los detalles… sean todos bienvenidos al show.
¿Cómo has estado en cuanto a creatividad el último tiempo?
Muy bien. Desde que le encontré una regularidad casi obsesiva a la escritura, al respeto de mi tiempo de trabajo, que suele ser en las mañanas, mis proyectos caminan con más fuerza y, capaz, mayor certeza. Además, pienso casi todo el tiempo en posibles fuentes de potenciales cuentos o novelas. Algunas, la mayoría, quedan eventualmente descartadas. Las que persisten son las que, con el paso de las semanas, empiezan a echar raíces y son lentamente trabajadas en mi computadora.
¿Tu trabajo post confinamiento ha cambiado en cuanto a procesos creativos a la hora de hacer tu arte?
Totalmente. En la cuarentena pude habituarme, casi obligado, a cierto ritmo de trabajo que, por suerte, no he soltado. Ahora, lo vivido, escuchado y visto todo este tiempo ha inevitablemente impactado en mi proceso creativo a la hora de plantarme frente al mundo y lo que sucede.
¿Qué tal ha sido la recepción de “Nube”, tu primer libro, hasta la fecha?
Mejor de lo que esperaba en su momento, pero ahora le da paso a los otros libros que vinieron y vendrán después. Nube me abrió las puertas de muchos lados.
¿En qué sentidos crees que tu narrativa ha mutado o ha evolucionado?
Evolucionado no sé, pero espero que sí, por supuesto, ya que trabajo mucho para ello. Mutado sí, totalmente, porque busco eso: explorar nuevos procesos de escritura, de afinar el oído y la vista, de recaudar nuevas experiencias que me abran la mente y me ayuden a la hora de narrar.
¿Cuánto tiempo te ha tomado desarrollar “Yonaguni”?
La escritura como tal, un par de meses. Pero el pensar, analizar y decidir trabajar la historia, los personajes, la estructura y todo aquello capaz que un año. Era una idea que me rondaba la cabeza hace mucho y cuando la tuve «lista» fue que me animé a sentarme frente a la pantalla de la compu(tadora) y escribir y escribir.
¿De qué va la historia de este relato?
De poesía. Y de animé, de PES, de los primeros, pero no definitivos aunque sí preponderantes amores. De la lealtad en la amistad, de los libros iniciáticos y de la nostalgia. De un chico de 14 años que cuenta la historia de su mejor amigo. Y de una muchacha que juega en los internets. De un padre poeta que no está. Y de un perro y una gata que son familia. Algo de eso es.
¿Con qué diferencias narrativas has topado al momento de escribir tu primera novela como es “Yonaguni”?
Quizá la libertad más que todo. En el cuento el trabajo es más apretado, concentrado. Cada oración cuenta, y eso es algo que me encanta. Esa tensión. En la novela, al menos en este caso, pude explorar un terreno más dispuesto a la contaminación de lo que pudiera suceder. Y eso también me gustó mucho. Ahora, tal vez lo más decisivo fue que en esta experiencia, por el tiempo usado, me encariñé más con los personajes de “Yonaguni”, ya que estuvieron meses a mi lado.
¿Qué buscas transmitir mediante tu escritura?
No lo sé, es algo que aún estoy explorando, y eso me gusta, el no saber del todo el propósito de lo que hago, solo hacerlo y ya porque es lo que más amo en la vida: imitar el proceso de la lectura. Ahora, tal vez lo que intento «transmitir» sea una cierta nostalgia, una sensación de que el tiempo pasa y que hay que «saber» abrazarlo. Comprender ciertas etapas y asumirlas. O revelarse frente a ellas. Puede que haya algo de eso en mis motivos de escritura, pero lo sigo pensando en el día a día.
¿Cuál será la experiencia del lector con tu nuevo escrito?
Tampoco lo sé, porque cada quien lee lo que desea con la mirada que se ha ganado con el paso del tiempo, con su experiencia vital. Ahora, para seguir el juego, capaz, y eso solo es una aproximación, un posible lector llegue a proyectar cierta nostalgia de un tiempo extraño y doloroso como es la adolescencia. Una época, a la vez, única e irrepetible que nos habla de tanto en tanto ahora, cuando ha pasado ya algún tiempo.
¿Dónde podemos acceder a una copia de esta novela que tanto promete?
En casi todas las librerías del país, las que trabajan con Editorial 3600, que es la editorial que publicó el libro. También, por supuesto, en su librería, que queda por Sopocachi. Pero también pueden quedar directo conmigo, ya que tengo un par de ejemplares en casa, unos pocos. Para eso pueden escribirme con confianza al Facebook.