lunes, septiembre 2, 2024
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Aragonés fue el «10» perfecto de Bolivia

César Luis Menotti, el entrenador de Argentina campeona del mundo en 1978 y quien puso la mirada en Diego Maradona fue también llamado “el filósofo del fútbol” y supo distinguir entre “un fútbol de izquierda y un fútbol de derecha” dentro de sus teorías. Al referirse al primero, en sus diálogos con el no menos pensador del deporte de masas, Ángel Cappa, realizaba la siguiente reflexión:
“…en los países como los nuestros (al referirse a Latinoamérica), el fútbol aparece para el chico, casi obligatoriamente, porque por sus características le permite jugar con cualquier cosa, es igual una chapita, como una pelota de trapo (…) el fútbol exige al chico ingenio, picardía, las mismas dotes que debe utilizar para sobrevivir en la calle…” Y según él, las estrellas más rutilantes, salieron de esas canteras en décadas pasadas.
La historia le dio la razón con Pelé en Brasil, Maradona en Argentina y en Bolivia con Carlos Aragonés. En nuestro país tuvimos un “10 perfecto”, que comprobó la teoría “menottiana” con su vida y su proceso de desarrollo en el deporte que fue prácticamente innato.
“Creo que desde que tengo uso de razón jugué en el barrio, en las calles, porque yo, a diferencia de los jugadores de hoy que se forman en las grandes escuelas de fútbol, me formé en la calle de mi barrio, porque mi familia no tenía condiciones como para que yo pueda usar un zapato adecuado para practicarlo, pero igual era feliz …”, comenzó su relato Aragonés, quien habló en exclusiva para Retro Fútbol de Deportes EL DIARIO.
“El primer recuerdo que viene de mis inicios en el fútbol es disfrutar este deporte, nunca al comenzar pensé en el fútbol como un medio de vida, a medida que fui avanzando y quemando ciertas etapas, recién comencé a ver el deporte como una profesión. El fútbol, desde mis inicios, me atrajo como algo que me apasionaba hacer; entonces ese rasgo en mi vida, es el que me llevó a conseguir los objetivos que me iba planteando a través de los pasos que me iba marcando. Esa fue mi actitud, esa fue mi mentalidad y mi filosofía de vida: disfrutar el fútbol, jugarlo y ser feliz”, remarcó.
Aragonés nació en la población chaqueña de Yacuiba (Tarija) hace 66 años, quedó huérfano de padre a sus 3 años, es uno de seis hermanos – dos de ellos ya desaparecidos- que fueron criados de manera ejemplar por su madre Rosa Espinoza, quien tuvo que trabajar desde que amanecía hasta que anochecía para darles una buena educación y lo logró con mucho éxito.
“La inspiración para jugar al fútbol no me la dio otro deportista, ni ninguna persona ligada al mundo de este deporte; me la dio mi madre. Ella fue una mujer humilde, trabajadora. Me inspiró a saber lo que es compromiso, me indujo a ser mejor y a ser algo en la vida. Mi mamá quedó viuda muy joven y se dedicó a criar a todos sus hijos sola, trabajando desde que amanecía hasta que oscurecía, ¡qué mejor inspiración que esa!, me enseñó el camino del trabajo, el camino de ser comprometido. De chico me dijo que yo tomara mis propias decisiones, entonces yo le hice caso y tomé mi propio camino y decidí seguir en el fútbol”, refiere Carlos, quien al recordar a ese “ser de luz” en su vida, que ya partió hace muchos años, quiebra la voz y suspira para sí mismo.
Aragonés es una persona ampliamente inteligente y preparada; muy amable, responsable, sencillo y muy sensible; pero a la vez es reflexivo y concreto en sus apreciaciones. Tiene el fútbol en su ser, pero opina que los momentos más felices de su vida no fueron precisamente jugándolo.
“La vida está hecha de momentos entrelazados, pese a que el fútbol es mi vida, recuerdo los logros más grandes cuando nacieron mis hijos, en mi etapa de jugador y luego cuando nacieron mis nietos en mi época de entrenador”, subraya.
“Si yo eligiera algún momento de mi vida para que la gente me recuerde, este no estaría relacionado con el fútbol, pese a que en este tuve momentos importantes, por ejemplo, cuando se iba a lanzar la convocatoria a la Selección Boliviana, tres días antes yo no podía dormir esperando esa lista y cuando salió, vi que estaba convocado, fue un momento grande. Cuando empecé a jugar en el fútbol profesional en la Argentina, cuando participé por primera vez en la Selección, en fin. Fueron varios momentos. En otra parte de mi vida, cuando nacieron mis hijos, sin lugar a dudas, en la etapa que era jugador. Y luego cuando era entrenador y nacieron mis nietos”.
Para la retina de sus seguidores, Aragonés jugó 31 partidos con Bolivia entre 1977 y 1981, anotando 15 goles, incluidos dos contra Brasil en la Copa América 1979. Representó a nuestro país en 12 partidos de eliminatorias para la Copa Mundial de la FIFA.
Inició su carrera en el Club Central Norte de Argentina, en 1976 pasó a Bolívar donde formó parte del plantel que ganó campeonatos nacionales en 1976 y en 1978. En 1981 se mudó a Brasil para jugar por Palmeiras y permaneció en el club hasta 1984, acumuló 113 partidos en su cuenta personal, luego se fue al Coritiba en 1984, jugando seis partidos más de la Serie A brasileña. Regresó a Bolivia en 1985 y se unió a Destroyer’s, en ese tiempo, sufrió una grave lesión en la rodilla que puso fin a su carrera futbolística.
“El recuerdo que tengo del Brasil es el haber ido e integrado uno de los mejores clubes de ese país como es Palmeiras, haber llegado a terminar de formarme como jugador porque yo tenía muchas deficiencias como futbolista profesional y allí aprendí, por ejemplo, como se debe tener una buena alimentación, lo que significa crecer en muchos aspectos, que tienen que ver primero, en crecer en el fútbol, la importancia del aspecto físico, de la alimentación y muchos otros aspectos que aquí en Bolivia no los tenía porque no me los enseñaron. Hoy en día, acá en Bolivia, muchos clubes ya tienen su nutricionista, tienen psicólogo, los cuerpos técnicos están formados de manera mucho más completa y competitiva y existen muchos más aspectos que antes no habían”, cuenta.
Una vez que dejó el fútbol, Aragonés empezó su trayectoria como director técnico. Entrenó a The Strongest, Blooming, Oriente Petrolero, Real Santa Cruz y Bolívar. En 1993, 2001, 2006 y 2009 formó parte del cuerpo técnico de la Selección Boliviana. Actualmente está inmerso en un gran proyecto en Santa Cruz de la Sierra, que es su lugar de residencia.
“Hoy estoy trabajando en un proyecto muy lindo ‘La Nueva Santa Cruz’, un equipo que está en la Primera “A” con el objetivo de lograr el ascenso al profesionalismo, tenemos un complejo lindo, espectacular, tenemos seis categorías. Me siento feliz porque siempre lo soñé: ejecutar un proyecto de esta naturaleza y al final de mi carrera lo encontré, por eso agradezco a Dios que me permite seguir trabajando en el fútbol”, informó.
También, Aragonés desarrollo su capacidad de comentarista deportivo y ahora conforma el equipo del programa deportivo televisivo “Laboratorio Fútbol”, que se transmite por cable Tigo. De esta su actividad asegura que es un espacio que le permite expresar libremente sus opiniones.
“En el contexto mundial, el fútbol de antes era mucho más técnico, existían jugadores de mayor habilidad, hoy eso se ha compensado más en el aspecto físico lo que nos lleva a ver un fútbol mucho más rápido. En nuestra época existían jugadores de mucha más calidad técnica, pero jugábamos a otro ritmo, creo que esa es la gran diferencia”, opina.
Cree que en Bolivia existen muchos factores para no destacar internacionalmente lo que nos impide crecer en este deporte. “(…) no podamos volver a repetir el momento inolvidable del año ’93 con nuestra Selección y uno de los factores claves y fundamentales es la falta de trabajo en las divisiones menores. Sin embargo, ahora sí lo clubes han empezado a entender eso. Por ejemplo, Bolívar ha venido a Santa Cruz a formar una academia, varios clubes ya están preocupados -por fin – en crear categorías menores formativas y eso es fundamental”, remarca.
Aragonés defiende la postura de formar futbolistas íntegros. “Responsabilidad, compromiso, disciplina, cuidado personal son factores que se debe inculcar. Hay muchos valores que se los aprende cuando uno es niño y si no se les enseña en esa etapa, en joven (el deportista) ya llega con ciertos malos hábitos que hacen que no sea profesional de verdad, entonces hay que crear buenos hábitos”, sentencia.
“El fútbol me tiene atrapado desde que tengo uso de razón, con esta experiencia, le digo a la juventud boliviana que cuando haga algo, lo tiene que hacer con pasión. El deportista debe pensar primero en ser cabal, disciplinado, comprometido y ya después vendrá el aspecto económico. Los objetivos, hay que trazarse y buscarlos con mucha responsabilidad y disciplina”, concluye.
Aragonés es un testimonio vivo de que los bolivianos podemos alcanzar grandes metas cuando nos proponemos.

Nombre: Carlos Aragonés Espinoza
Lugar de nacimiento: Yacuiba (Tarija)
Fecha de nacimiento: 16 de febrero de 1956
Lugar actual de radicatoria: Santa Cruz de la Sierra
Actividad actual: Entrenador de fútbol y comentarista deportivo
Familia: Cecilia Medeiros (esposa), Bruno, Daniela, Mateo e Isabella (hijos), Leandro, Leonel, Nicolás y Bruna (nietos)
Lugar actual de radicatoria: Santa Cruz de la Sierra
Actividad actual: Entrenador de fútbol y comentarista deportivo
Familia: Cecilia Medeiros (esposa), Bruno, Daniela, Mateo e Isabella (hijos), Leandro, Leonel, Nicolás y Bruna (nietos)

GHILKA SANABRIA PRADEL

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