lunes, septiembre 2, 2024
InicioSeccionesOpiniónDevolver la confianza

Devolver la confianza

“Y aquí diré que ahora que veo a Bolivia acechada por la codicia que sopla del perímetro, y desgarrada por el trágico tumulto interno, es cuando más necesitamos la responsabilidad de la inteligencia para subsistir. ¡Bolivia!, Madre Santa, contigo estamos. Cuando más grande tu infortunio, más hondo nuestro amor”, reiteró, en ocasión de la entrega del Gran Premio Nacional de Literatura – 1957, el ministro de Educación, Fernando Diez de Medina (1).
Parodiando a Pachakuti, diríamos lo mismo. Estamos inmersos, desgraciadamente, en una vorágine de problemas internos, que deteriora los cimientos de la unidad nacional, en democracia. Que alienta la confrontación entre bolivianos y bolivianas. La tozudez de unos y otros, obnubila la razón y la inteligencia. Nadie mide las consecuencias y “métale no más”. Luego “arreglaremos las cargas, en el camino”, dirán algunos “enviados”.
Están ausentes, en este contexto, los elementos mediadores, como el acercamiento, el diálogo, la concertación y la voluntad política, para abordar y encarar los conflictos más apremiantes. Elementos que pueden generar, según nuestro criterio, acuerdos y decisiones, por el bien común. “El diálogo deliberativo es el mejor método democrático para alcanzar acuerdos”, se dijo (2). Es lo que tanto anhela la ciudadanía. Por ello se tendría que dejar de buscar “chivos expiatorios”, por un lado y encaminar soluciones a la problemática nacional, por otro. En momentos en que la elevación de precios, de los artículos esenciales de la canasta familiar, conspira en contra de la tranquilidad de la población.
Los políticos, particularmente quienes detentaron el Poder, siempre asumieron el cálculo político, para fines ignominiosos. Resguardaron sus espaldas, mintiendo muchas veces. Tergiversando la realidad, en el marco de sus intereses, ante la opinión pública, interna y externa. Ignorando las necesidades de los grupos más humildes. Todos estos detalles están inscritos en la memoria histórica.
Sería interesante que los políticos, o aquellos que usufructuaron del gobierno, en el pasado mediato, devuelvan, mediante decisiones inmediatas o a corto plazo, la confianza y seguridad a la ciudadanía, que, en estas circunstancias, vive afligida por la zozobra e incertidumbre, que ha provocado, indudablemente, la subida de precios de ciertos alimentos, que llenan la olla del cotidiano existir. Los nuevos ricos no sienten, obviamente, esa situación. Viven en situación de Jauja.
Nos parece un despropósito incluir en la agenda del diario vivir, otros temas, que no vienen al caso, con el afán premeditado de distraer las exigencias de la ciudadanía. Con el afán de tender cortinas de humo, sobre la realidad socio-económica que atinge al país. Existen temas neurálgicos, que no son debatidos debidamente. Ni atendidos, oportunamente.
En la adversidad, nos duele Bolivia. Más aún cuando se conspira contra el bienestar social. Cuando la canasta familiar emprende un vuelo inesperado por la elevación de precios, lo que causa desesperación popular. Cuando el hambre aprieta a la gente necesitada. A los niños y ancianos, que son los más vulnerables.
En suma: la ciudadanía espera respuestas oportunas, para paliar sus necesidades.

NOTAS
(1) “Cordillera” – Revista Boliviana de Cultura -, correspondiente a octubre, noviembre y diciembre de 1957. Editado en La Paz – Bolivia. Pág. 96.
(2) “Bolivia: visiones de futuro”, Editorial Offset Boliviana Ltda., La Paz – Bolivia, 2002. Pág. 121.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES