martes, octubre 1, 2024
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Con qué derecho convulsionan La Paz

Malas palabras, adjetivos calificativos de todo tipo y seguramente hasta maldiciones han debido lanzar paceños y no paceños afectados por el abusivo paro, bloqueo, protesta o lo que se llame, efectuado el miércoles 12 del presente en nuestra ciudad de La Paz.
“Hay derecho a protestar, a marchar, a reclamar”, dicen los bloqueadores. Pero las personas, tenemos derecho a la libre circulación, al tránsito de vehículos, derecho a trabajar, a ganar su sustento quienes venden en las calles, derecho a estudiar, hasta los mendigos tienen derecho a pedir limosna. Todos tenemos derecho a vivir en paz.
Basta ya de que los habitantes de la ciudad de La Paz, tengamos que pagar un precio tan alto por ser la sede de gobierno. “Por qué no se van al interior”, dirían algunos, pudiendo hacerlo no nos da la gana de irnos, amamos nuestra ciudad y queremos vivir en paz, como hace muchos años, antes que sean inventadas estas enajenantes formas de protesta. “Cultura del bloqueo”, dicen. Qué absurdo, como puede ser cultura el bloqueo. Los inventores de estos bloqueos y protestas deberían ser encarcelados, catalogados como traidores a la Patria, porque ocasionan pérdidas económicas millonarias al Estado; afectan la salud de las personas, la imagen de nuestro pobre país. No hay otro lugar en el mundo, donde todos los días desfilen como tontos por el centro paceño, y pasemos la mayor parte del tiempo bloqueados. Esto no sucede en el interior del país, solo en La Paz.
Nuestros parlamentarios tendrían que oponerse, deberían sacar una Ley de la Nación para poner fin a estos abusos y frenar estas marchas y bloqueos o la sociedad civil organizada debería conseguir una “Acción Popular” que ponga orden en nuestra ciudad, ¿dónde están las organizaciones cívicas paceñas?
¿Dónde está la policía para poner orden? ¿Acaso no están prohibidas las explosiones de dinamita?, decía un entrevistado a un medio televisivo. “Es que el sonido de la dinamita caracteriza a los mineros”, qué pobre explicación. Tremendo abuso, dañando el asfalto, la salud de la gente, y los oídos, la retina en los ojos pueden ser afectados, en especial en niños o ancianos. Y ni qué decir los transportistas, en enjambre por El Prado, no se podía ni caminar y después cómo se enfrentaron, cómo se golpearon, qué vergüenza, estamos tan llenos de odio. Por favor, trabajen en la ciudad de El Alto, allí tienen su fuente laboral y ya no bajen aquí, estamos saturados de minibuses, carrys, buses y otros.
Nos hubiera gustado ver a policías evitando las explosiones de dinamita. En otras circunstancias son más enérgicos, persiguiendo a los gremialistas, correteando a los universitarios o ancianitos que pedían mejores rentas, o empujando a los discapacitados. Nunca olvidaremos que ellos entonces caían de sus sillas de ruedas, cuántas imágenes dolorosas de represión vimos en el tiempo. Ahora sí la policía debería evitar que –aunque tengan razón en sus protestas– convulsionen a nuestra ciudad de La Paz, más bella sin marchistas, políticos, charlatanes y bloqueadores.

E-mail: temasvc@yahoo.es

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