sábado, julio 27, 2024
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Construir sin límites

Resulta que un grupo de concejales municipales presenta, un proyecto de “norma para construir” y rellenar la cuenca hidrográfica del valle de La Paz, hasta el colmo mismo; pues las urbanizaciones ya han trepado las laderas y alcanzan la cima misma de las serranías. Las otras construcciones son alzadas hasta la “Estratósfera”, como pretendiendo superar a la torre de Babel, sin límites ni restricciones; es decir, donde les venga en gana y sin cumplir ley municipal alguna, allí donde puedan lucrar mejor. Y es que esta propuesta que hacen los concejales, deja entrever intereses económicos, y lo hacen sin conocimiento alguno de las rocas y suelos, de la caprichosa e intrincada geología del valle de La Paz, como lo demostró Ernest Dobrobolny (1962).
Sin el debido conocimiento de las propiedades geotécnicas, vale decir de la “capacidad portante” del suelo; y aunque dediquen unos cuantos pesos a estudios sutiles, están contribuyendo a un desarrollo urbano sin planificación y en forma desordenada y expuesta a provocar grandes desastres ecológicos.
El Doctor L. S. B., docente de la Universidad de Colombia, Regional Medellín, doctor en ingenieria civil e ingeniería de rocas y suelos, señala que las areniscas arcillo-limosas de coloración gris blanquecinas de la formación La Paz, que ocupan toda la cuenca del río Choqueyapu, son rocas metaestables, es decir, friables, poco endurecidas que se deshacen al tacto. Y afirma que estabilizar esos suelos/rocas es un proyecto costoso y que mejor es no tocarlos. Más claro que eso no hay.
En 1976 la Honorable Alcaldía Municipal, hoy Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, con gran visión de planificación moderna del desarrollo urbano, encarga a la empresa BRGM (Bureau for Geological and Minig Research) en forma conjunta con BCEOM (Central Bureau for Overseas Research), autoridades y técnicos municipales ejecutar la “zonificación del riesgo geológico” en toda la cuenca del valle de La Paz, para dirigir el desarrollo urbano de la ciudad de La Paz en forma ordenada y libre de riesgo.
De ello se desprende que existen muy pocas áreas que reúnan las condiciones geoténicas para la construcción y asentamientos humanos, donde apenas el 19% del total de la superficie de la cuenca paceña reúne las condiciones técnicas para ser urbanizadas; mientras que el 35% necesita rehabilitación de suelos; un estudio muy complicado y caro. Por otro lado, el 46% no debería urbanizarse (BRGM, citado por EL DIARIO, abril, 1996).
A propósito, Ernest Dobrovolni (1962), en “Geología del valle de La Paz”, señala que la “Grava Miraflores” es de depósitos no estratificados ni bien clasificados de origen fluvioglacial, constituidos mayoritariamente por bloques de granito blanco y gravas de menor tamaño y como mátrix de éstos se tiene arena, arcillas limosas como resultado de la fricción del empuje y arrastre del glaciar pedemontano proveniente de la Cordillera Real. Precisamente gran parte de la ciudad de La Paz se halla construida sobre la terraza que forman las «Gravas Miraflores” a lo largo de las márgenes del río La Paz.
Ahora bien, el terreno, conforme se va alejando de dichas márgenes hacia las laderas va perdiendo las propiedades antes dichas, y, serán altamente susceptibles a un mayor riesgo ecológico.
Una prueba de STP (standard test penetretion), “prueba estándar de penetración”, realizada por Gonzalo Olivera, de las areniscas gris blanquecinas de la formación La Paz, dice lo siguiente: “esa ladera que está frente a Los Pinos presenta cárcavas, es decir grandes aperturas en las rocas/suelos debido al escurrimiento vertical de las aguas de precipitación pluvial; los mismos que revelan un bajo STP que se cortan como un pastel; y sobre este tipo de rocas existen numerosas construcciones, tanto modernas como otras precarias”.
Nuestros honorables concejales, parece que no recuerdan muchos hechos luctuosos, como el de Cotahuma en mayo de 1996, donde prácticamente quedó enterrada toda una urbanización, en la que la mayoría quedaron sepultados; posteriormente convertido en un cementerio. Otro, recientemente ocurrido en la ladera de la avenida Costanera, donde tres obreros de una construcción fueron soterrados por una caída de rocas y suelo; el 15 de mayo de 2022.
Se puede citar muchos otros desastres, por inundaciones, por desborde de ríos que comprometen a casas construidas en la orilla misma, sin respetar la distancia correspondiente de 50 m. En la época de lluvia se tendrá muchos problemas de crisis ecológica que tendrá que resolver la Alcaldía; con costos muy elevados.

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