Después que el presidente, Luis Arce, posesionó al nuevo Mando Militar, el coronel en servicio pasivo del Ejército y abogado, Jorge Santistevan, manifestó a EL DIARIO que el cambio va aparejado presuntamente a una represión, tomando en cuenta que el país atraviesa una crisis social.
“Llama la atención el cambio en una situación delicada (…), es una línea dura, radical y de alta confianza del presidente Luis Arce, seguramente el relevo que se ha producido era necesario para adoptar ciertas medidas (…) en Santa Cruz hay una protesta de características donde el ciudadano se siente comprometido con su accionar (…), este mando duro y radical, en vez de tomar acciones que vayan a paliar y llegar a la pacificación a través de los métodos de resolución de conflictos como el diálogo y el consenso, su accionar va aparejado de una represión sistemática con organizaciones o afines y financiadas por el partido de gobierno”, dijo.
El nuevo Mando Militar posesionado ayer está constituido por el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Gral. del Ejército Hugo Eduardo Arandia López. Jefe del Estado Mayor Gral. Accidental del Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas; contraalmirante Gonzalo Víctor Vigabriel Sánchez. Comandante Gral. Accidental del Ejército de Bolivia, Gral. de Brigada Juan José Zúñiga Macías. Comandante Gral. Accidental de la Fuerza Aérea Boliviana, Gral. de Brigada Aérea Marcelo Javier Zegarra Gutiérrez. Comandante Gral. Accidental de la Armada Boliviana, Contraalmirante Juan Arnés Salvador.
Santistevan aclaró que el cambio tendrá también repercusiones políticas porque el actual Comandante del Ejército fue denunciado por el jefe del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, de estar detrás de un “plan negro”.
“Cuando vemos al general Zúñiga como comandante del Ejército, el hombre a quien Evo Morales acusa del promotor de su persecución política e investigación en franca vulneración de su intimidad mediante la ejecución del plan negro, habría que preguntarse, cómo asimilará Evo Morales esta designación de Zúñiga y cuál será su reacción”, aseveró.
El jurista aclaró que las nuevas autoridades castrenses, principalmente Arandia y Zúñiga, son calificadas como “radicales” por su accionar dentro de la institución militar, ya que cuando ellos estaban al mando hubo situaciones de arbitrariedad en la institución militar y de excesos en el ejercicio del mando como en la aplicación de las leyes y reglamentos militares.
“Es una desventaja para el Presidente, y si él considera lo contrario porque son gente de su confianza, se equivoca, solo cabe preguntarse ¿qué dirá el mando intermedio, medio y los subalternos?, ¿estarán conformes? Claro que no, cuando la carrera militar está desvirtuada porque los ascensos y cargos se dan por el grado de influencia que puedan tener dentro del MÁS y padrinazgo del gobernante actual. Estas aristas se deben considerar en una situación delicada como la actual en el país”, aseveró.
SIN ALTERNANCIA
Por otro lado, el abogado y exmilitar, Omar Durán, advirtió que con la posesión del general Arandia se volvió a vulnerar el principio de alternancia en esa institución.
Durán advirtió que el nuevo Comandante en Jefe de las FFAA debía ser un jefe de la Armada Bolivia, ya que la última autoridad de esta fuerza que ocupó ese cargo fue el almirante Yamil Borda, en 2017.
“La Armada Boliviana ha sido relegada y discriminada y no sólo en este periodo, ya por tercera vez es relegada. Entonces la alternabilidad ha habido entre el Ejército y la Fuerza Aérea, dos veces para el Ejército y una para la Fuerza Aérea y otra vez se ve que el Ejército toma el mando a través del general Arandia”, declaró Durán.
CONSTITUCIÓN
Por otro lado, al momento de la posesión, el presidente Arce destacó que el cambio se da en el marco de la Constitución Política del Estado que le otorga atribuciones con apego riguroso a la institucionalización de las Fuerzas Armadas.
“Las Fuerzas Armadas en los últimos años ha destacado por su apoyo decisivo al pueblo boliviano para superarse a los efectos de la pandemia covid 19, para reencaminar al país hacia la recuperación económica y para restaurar la estabilidad política de nuestra sociedad respetando y defendiendo los resultados de las elecciones del 18 de octubre de 2020 en las cuales más del 55% de la población boliviana votó por la recuperación de la democracia y la soberanía”, dijo.
Recordó que la misión constitucional de las Fuerzas Armadas es garantizar y defender la independencia la unidad y la integridad del territorio de la patria.
“Hoy Bolivia se encuentra nuevamente amenazada por aquellos que incapaces de aportar a la democracia apuestan hoy por la confrontación y la violencia poniendo en peligro la convivencia democrática entre bolivianos”, remarcó.
Por su parte, Arandia López señaló que la conducta de las Fuerzas Armadas como institución fundamental y permanente del Estado estará enmarcada en la línea de la “obediencia constitucional de la leyes y además de las disposiciones y órdenes de nuestro Capitán General”.