Estado fomenta discriminación

El presidente del Estado Plurinacional, Luis Arce Catacora, enunció “Nos ponemos manos a la obra para el mega mercado mayorista del productor al consumidor en la ciudad de Santa Cruz con una inversión de 100 millones de bolivianos”. Al mismo tiempo, ofreció realizar otras importantes inversiones estatales en ese departamento.
La afirmación presidencial no puede ser menos halagadora para todo el país, pero, confirma la práctica de una política discriminatoria y racista oficial en relación con otros departamentos –en especial con La Paz–, que han sido abandonados a manos de Dios y que desde hace dos décadas no reciben cooperación efectiva de parte del Estado y, al contrario, pareciera que son víctimas de una ofensiva contra su desarrollo.
En efecto, desde hace años el departamento oriental recibe apoyos financieros, económicos, técnicos, industriales y políticos, mientras los departamentos del altiplano, como La Paz, Oruro y Potosí, no conocen inversiones importantes y si se realizan algunas de ellas, se trata de “elefantes blancos” o, en su mayoría, se trata de frustraciones porque no funcionan o lo hacen a pérdida.
Es posible recordar la gran publicidad que se da a las inversiones estatales en Santa Cruz, realizadas sobre la base de grandes empresas, como ser ferrocarriles, industrias, caminos, puentes, apoyo a la agricultura, subvenciones jugosas para los agricultores soyeros que, además, gozan de grandes ventajas para la exportación de sus productos.
No se debe dejar de anotar la construcción de caminos de doble vía, la libertad de venta de tierras, el impulso a los créditos bancarios para hacendados, la liberación de impuestos para importación de maquinaria, más apoyo técnico a varios sectores agropecuarios, facilidades para la exportación de carne a China, presunta libertad para producir cinco productos transgénicos. Entre otras numerosas inversiones estatales en otras regiones del país, mencionemos a la planta de fertilizantes de Bulo Bulo, en Cochabamba, por mil millones de dólares que, por lo demás, no funciona y que para su actividad necesita otras cuantiosas inversiones.
Mientras el apoyo económico a Santa Cruz se sigue incrementando, como el ofrecido por Arce para un gran mercado, con ayuda de 100 millones de bolivianos, la economía en la región andina languidece ostensiblemente y están paralizados los frentes: industrial, agrario, mineo, turístico y otros, provocando la decadencia de la región andina, antes fundamento de la vida nacional.
Pero, aparte de las cifras y hechos, corresponde subrayar que el Estado Plurinacional ha caído en una política discriminatoria y a unos da todo y a otros, casi nada. Al mismo tiempo, ni siquiera ofrece colaboraciones a corto ni mediano plazo y, en esa forma, aplica una política de fomento “camba-centrista”, como nunca se conoció antes y con muy poco beneficio, porque, pese a los apoyos, el departamento cruceño es el centro de la mayor oposición al gobierno del MAS, como se confirma con el rechazo a realizar el censo en 2024. En fin, la discriminación y el racismo vienen desde arriba en el país.