Por: Equipo Editor
La literatura de compromiso social aparece a mediados de siglo XX, más concretamente por los años cuarenta, al concluir la Segunda Guerra Mundial.
Este tipo de literatura nace de la mano del existencialismo. La doctrina del existencialismo es aquella que pone énfasis en el hombre, o sea en el “ser”.
En este sentido, uno de sus máximos exponentes, el filósofo francés Jean- Paul Sartre, nos dice que el escritor tiene que estar comprometido con su sociedad y ser responsable de lo que escribe, que ya no puede escribir por escribir, sino que su escritura tiene que estar encaminada a un objetivo que favorezca a la sociedad.
Es de esta manera que surgió una nueva forma de hacer poesía, la cual llevará el nombre de poesía de protesta, como veremos a continuación.
La poesía de protesta y revolucionaria
Este tipo de poesía busca denunciar todo aquello que somete al hombre y no lo deja ser libre, como la represión social, la injusticia, la violencia, la discriminación, la marginación social, etc. En este sentido, el mensaje que trasmite el poema debe ser claro, para que pueda ser comprendido por el lector y se sume a la protesta. Esto es posible gracias al uso de un lenguaje sencillo y coloquial.
Un ejemplo claro sería la poesía que se hizo contra la dictadura de los años ochenta, pues muchos países latinoamericanos, incluido el nuestro, se vieron sometidos a ese tipo de violencia y fueron precisamente estos poemas los que se dejaron oír.
Este tipo de poesía lo cuestiona todo, como a los gobiernos, el modo de vida de una determinada sociedad, el día a día, mostrando la incomodidad del ser humano sometido a una sociedad vacía y deshumanizada.
El mayor exponente de este tipo de poesía es el poeta chileno Nicanor Parra quien nació en la Región de Biobio el 5 de septiembre de 1914. Es considerado el inventor de la anti-poesía. Precisamente el 2014 cumplió 100 años, fecha en que fue reconocido a nivel mundial por su larga trayectoria poética.
La poesía de Parra está cargada de sarcasmo e ironía, pues por medio de ella se denuncia, se critica, pero sobre todo, se muestra una sociedad que oprime y somete al ser humano.
Para Parra la palabra es la única arma que tiene el poeta para revelarse contra el sistema, es la herramienta con la que puede enfrentarse a todo y a todos. No hay que olvidar que según Parra, el poeta es el único medio por el cual el pueblo puede hacerse escuchar y que los poetas son el conducto mediante el cual los oprimidos y los marginados pueden hablar. La voz del poeta tiene que estar al servicio de los más débiles.
Pero para ser la voz del pueblo el poeta tiene que tener bien desarrollado los sentidos, ya que es a través de ellos que puede percibir las necesidades del pueblo, pues tiene la facultar de escuchar, de ver, de oír y de sentir. Como en el siguiente poema:
Consumismo
derroche
despilfarro
serpiente que se traga su misma cola
dice;
proletarioas
versos burgueses
léase:
pácificos peatones
versus
asesinos del volante
(Nicanor Parra)
Si bien en este poema hay una denuncia social sobre como el capitalismo nos obliga a consumir y consumir, también se puede ver que toca el día a día, donde muchos llegan a ser víctimas de peligrosos conductores.
Ese fue el gran aporte de la poesía de Parra, pues desde ese momento los poemas no solo servían para expresar amor y cantarle a la luna. Sino que la poesía tenía que ser un instrumento para denunciar y criticar.
