¿Cuál es la realidad del manejo de pensiones?

Cuando el pueblo no recibe oficialmente información sobre la realidad de las organizaciones del país, surgen a raudales las suposiciones y creencias, muchas veces sin dejos de veracidad, lo que desorienta y da lugar a susceptibilidades. Este es el caso de la Gestora Pública que, por disposición del gobierno, a partir del próximo año debe administrar grandes cantidades de recursos económicos descontados o ahorrados por empleados públicos y privados. Es decir que el gobierno actual decidió cambiar radicalmente el sistema de manejo de ese dinero, disponiendo que pase a la “administración gubernamental”. Pero, conocidas las funciones públicas, como consta a la población, surge en ésta la susceptibilidad de cómo serán manejados esos recursos económicos, confiados durante años a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), entidades privadas que cuentan con la confianza de los asegurados.
El caso reviste gravedad porque se trata de fortunas que no deben ser manejadas a discreción, por tratarse de la economía de millones de personas. Hasta ahora, las excesivas políticas de discreción y falta de conocimiento sobre lo que implicará en detalle el funcionamiento de la llamada Gestora Pública causan preocupación en el pueblo, que se siente inseguro sobre las decisiones del gobierno.
Lo que se conoce sobre dicho organismo estatal no es suficiente, si se considera los cuestionamientos que surgen de parte de especialistas en el tema, mediante medios de comunicación, por lo que el gobierno tiene que informar con la mayor cantidad de detalles sobre los cambios en materia de pensiones y cómo se va a beneficiar al sector de jubilados. En caso contrario, seguirá causando dudas el plan anunciado para reemplazar a las AFP. Por su parte, ninguna AFP informa algo al respecto, hecho que da lugar a mayores suspicacias.
Las autoridades, por su propia seriedad y responsabilidad, deben emitir todos los informes pertinentes, de modo que el país quede debidamente enterado de lo que significa un cambio en un sector tan importante como es el sistema de pensiones y que involucra a millones de asegurados. De otro modo, se deja un ambiente de dudas y desconfianza, que podría tornarse peligroso para la tranquilidad pública.