lunes, julio 8, 2024
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No es odio, ¡es política!

Parte II

En el manejo del conflicto por el censo, no se tuvo en cuenta sus efectos en los intereses de otras regiones, lo que explicaría el tibio apoyo a la acción cruceña. Unas ganarán a costa de otras, en recursos y representación parlamentaria. Santa Cruz será, legal y legítimamente, favorecida en ambos casos.
La exigencia, plazo perentorio mediante, para el pronunciamiento de los demás departamentos, fue inoportuna y llevaba en sí la negativa de los aludidos. Fue una medida desacertada
El resultado del paro, ha demostrado que Santa Cruz puede resistirse a medidas perjudiciales. Frente a esto el gobierno ha buscado fortalecer su autoridad, para que su poder político no sea cuestionado, permitiendo el accionar contra dirigentes cívicos y ciudadanos que bloqueaban para imponer la protesta.
En este marco se encuadran los dolorosos sucesos, la denunciada parcialización policial, los enfrentamientos en la ciudad, especialmente en el Plan Tres Mil, que mostraron que la lucha política no es tan pacífica como, posiblemente, se esperaba y como debiera ser y que en la disputa por el poder, hay individuos y grupos, más que dispuestos al empleo de la violencia.
En La Paz, en 2019 fueron quemadas casas y 64 PumaKataris (buses). Se agredió a la ciudadanía. Se trizaron vidrios de viviendas privadas, se amenazó con cortar servicios básicos e impedir la entrada de alimentos. En Cochabamba también se desató la violencia, igual o peor. No recuerdo haber escuchado que se atribuya esas agresiones al odio, a La Paz o a Cochabamba. Lamentablemente, es la práctica política, de sectores que quieren imponer ideologías totalitarias.
La desconfianza ciudadana respecto del gobierno, dificultó las negociaciones. Aunque habría habido, en el Comité Interinstitucional, el afán de demorar el arreglo, para seguir el conflicto y fortalecer liderazgos políticos o maximizar pretensiones, olvidando que una definición de política es la de que es “el arte de lo posible”.
Es saludable que el conflicto salga de la sede de gobierno, donde la gran disparidad de fuerzas dificulta el reclamo ciudadano y que se solucione pacíficamente. Pero es peligroso que se crea que para gozar de la atención gubernamental solo sirve conflictuar el escenario. El gobierno debiera actuar en beneficio de todos, generando confianza. Su objetivo primordial debe ser la construcción continua del Estado.
Los reclamos por “nuevas relaciones”, parecen disfrazar la renuncia de las elites políticas cruceñas a asumir el liderazgo del país, al no conseguirlo, por falta de voluntad, de capacidad o de interés, optan por lo regional. Ya que enfrentaron, otra vez, el autoritarismo central, debieran proyectarse al ámbito nacional, desterrando el discurso regionalista y entendiendo que lo sucedido no es cuestión de odio, sino de interés. En todo caso, “los collas alucinan con Santa Cruz”. (Película: “Quién mató a la llamita blanca”, dixit).

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