martes, julio 2, 2024
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Literatura Representativa del siglo XX

Por: Equipo Editor

 

Marco histórico, ideológico y sociocultural de la literatura boliviana

 

Marco histórico

 

Al empezar el siglo XX la literatura boliviana junto a la sudamericana está estancada en el Realismo, concretamente, en el indigenismo. Mientras que Europa ha dejado atrás el modernismo y se dispone a entrar en el vanguardismo.

 

Es por eso que toda nuestra narrativa, hasta casi los años cincuenta, estuvo influenciada por esta corriente literaria. En la cual se intenta reflejar la realidad tal como se ve, con un lenguaje sencillo y coloquial que se adapta a la situación narrativa. En este tipo de obras abundan las descripciones.

 

Otro aspecto que hay que mencionar son los acontecimientos históricos que influyeron a nuestra literatura, como ser: La guerra del Acre, la guerra del Chaco, la revolución del 52 y la guerrilla de Ñancahuazu.

 

Aspecto ideológico

 

En Bolivia hay una problemática que un no se resuelve y es el tema del indio. Es por eso que los escritores de la época escogen la corriente indigenista para hablar sobre el tema. Pues el indigenismo es una corriente literaria en la cual se intenta dar a conocer la problemática indígena, sacarlo del olvido y denunciar la explotación a la que están sometidos.

 

En Bolivia el indigenismo quiso mostrar las injusticias que se cometían contra los indios por parte de los blancos. Hubo muchos intentos por acercarlos a la civilización, pero chocaron contra los intereses personales de los que estaban en el poder.

 

Uno de los que intentó dar a conocer el trato que sufrían los indios fue el escritor Alcides Arguedas. En su novela Raza de bronce (1919), nos da una visión parcializada sobre el indígena boliviano, pues el escritor pertenece a la clase dominante y desconoce por completo las costumbres que estos tienen. Si bien nos muestra una raza fuerte y dura como el bronce, también nos la presenta vil y peligrosa como se ve en el siguiente párrafo:

 

Recordemos que…

 

Los indios son hipócritas, solapados, ladrones por instinto, mentirosos, crueles y vengativos. En apariencia son humildes porque lloran, se arrastran y besan la mano que les hiere; pero ¡ay de ti si te encuentran indefenso y débil! Te comen vivo. […] No hay peor enemigo del blanco, ni más cruel, ni más prevenido, que el indio (208).

 

De esta forma jamás se podrá lograr un acercamiento entre estas dos razas. Pues para A. Arguedas el carácter del indio es el verdadero problema que tiene el estado boliviano.

 

Esta corriente, llamada indigenista, se quedó por varias décadas en Bolivia y en casi toda Sudamérica. Prueba de ellos son las numerosas novelas que se publicaron en esos años: Raza de bronce (1919), del boliviano Alcides Arguedas; La vorágine (1924), del colombiano José Eustasio Rivera; Don Segundo Sombra (1926), del argentino Ricardo Güiraldes; Doña Bárbara (1929) del venezolano Rómulo Gallegos y Huasipungo (1934), del ecuatoriano Jorge Icaza. Todas estas obras muestran el trato que recibe el indio por parte del hombre blanco, escritas dentro de la corriente del Realismo (Indigenismo).

 

Aspecto socio-cultural

 

Primero hay que dejar claro que Bolivia es un país multicultural y plurilingüe,  donde existen muchos pueblos y culturas con costumbres y tradiciones diferentes.

 

En Bolivia, al comenzar el siglo XX, poco o nada se hacía por parte de la clase dominante, por conocer esta variedad cultural. En ese entonces aún no se valoraba la riqueza pluricultural que Bolivia poseía. Las tradiciones y costumbres indígenas eran mal vistas. Había un temor natural ante lo desconocido y lo extraño. Incluso la lengua de los pueblos originarios estaba prohibida. Los campesinos no podían habla en su idioma de origen, pues para eso estaba el castellano. Como se entenderá, el indígena estaba relegado a los más bajo de la escala social.

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