Se trata de un propósito concebido en la mente y el corazón el que en este año, contrariamente al pasado, se deba cumplir con lo proyectado para esta gestión, porque se tiene conciencia de cuán poco se hizo en el tiempo pasado y cuánto se debió hacer. Las pruebas de lo positivo y negativo del comportamiento ciudadano pesan gravemente y si esta vez no obramos como es debido, querrá decir, una vez más, que estamos lejos de cumplir con nuestros deberes y obligaciones como habitantes de la nación.
Lo dicho parece un simple descargo de conciencia; pero si no salimos de esa situación, no lograremos vencer nuestra desidia y dejadez. Empezando por el gobierno, las instituciones públicas y privadas tienen que emprender labores que saquen a la nación de un profundo pozo de descuidos. Nuestra industria, prácticamente es incipiente y sin mayores avances en los últimos tres años; la agricultura en todas las regiones, ha sido dejada a la posibilidad de que el campesinado vuelva de las ciudades y emprenda labores para iniciar un retorno masivo; la minería, casi está con las mismas vetas e intenciones; los anuncios de nuevas industrias sólo quedan en proyectos; no hay atención a nuevas edificaciones de colegios y escuelas, el campo de la higiene y la salud muestra la misma situación. Así, año tras año, el panorama se muestra idéntico, dando la impresión, además, de mostrar un gobierno ineficiente, pleno de buenas intenciones pero alejado de realizaciones. No obstante que hay casos con presupuestos disponibles, hay muchas obras a medio realizar, como en Tiquipaya, que debían terminar para destinar las múltiples construcciones al sector educativo, universitario y otros sectores menores que hasta ahora no disponen de espacios.
Finalmente, es necesario disponer que todo lo construido a medias en Tiquipaya sea destinado a un gran centro médico-hospitalario, capaz de contar con todas las especialidades en los campos médicos, clínicos, con su respectiva provisión de laboratorios, centros de especialización, espacios para pensionados, etc. Que en ese centro sean recibidos profesionales de las diversas ramas médicas que estén en calidad de becados, de universidades e instituciones de países vecinos nuestros. Trabajando corporativamente con nuestro país, se puede conseguir éxitos para contar con más especialistas.
Por supuesto, lo que parece simple proyecto puede ser realidad, porque se trabajaría en conjunción entre todos, para alcanzar los mayores éxitos, que signifiquen interesantes ingresos financieros. El plan, debidamente estudiado entre universidades, centros de especialización, gobiernos e instituciones médicas, puede llegar a avances notables que beneficien a nuestros países.
Hay muchas obras de infraestructura que requieren pronta atención con los presupuestos que ya poseen; otros grandes proyectos son factibles y cuya financiación estaría asegurada por instituciones financieras.
Todo lo que el país requiere está en proyectos: muchos con financiamiento; otros, con los respectivos trámites y con seguridad de otorgación de inversiones o créditos de empresas extranjeras dispuestas a invertir en todo lo que implique ampliación o conclusión de buenos e interesantes negocios.
El país se antepone a cualquier interés
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